Algunos llevamos mucho tiempo sabiendo que el PP es tan anti-español como el PSOE. Por eso nos divirtió leer y oir a tantos peperos críticos con el nuevo rumbo que ha impuesto la nueva dirección de Rajoy... sus lamentos y bufidos ante tamaña "traición". Algunos sabíamos que ese giro no es sólo electoralista y politico sino ideológico. Que los liberales indiferentes ante los fundamentos e ideales de aquella vieja derecha son ya mayoría. Que la paulatina pero firme trayectoria antinacional del PP tiene arraigadas raíces entre sus dirigentes. Que para ellos, también, España es un concepto discutible.
La reciente indiscreción de Rajoy no es ninguna anécdota: es la constatación de lo que realmente sienten él, Arenas y todos los demás. Tampoco fue un desliz: ya en su día se encargó de dejar claro en una emisora de radio catalana que si acudía a la celebración del 2 de mayo en Madrid no era porque lo sintiera sino por un compromiso de agenda. Pocos entonces quisieron reparar en ello. Pero no sólo él huele a podrido: su podredumbre es extensible al organigrama pepero a la vista de las explicaciones y justificaciones que sus adláteres han pregonado.
A estas alturas, obvio es decir que Rajoy no posee ni un gramo de patriotismo... ni él ni los suyos. A estas alturas ya sabemos lo que Rajoy siente ante la conmemoración de nuestra Fiesta Nacional. Y también sabemos de sus tristes consecuencias entre los creadores de opinión del régimen: que si fue una indiscreción tonta, que si una ofensa a todos los caídos, que si un desprecio a las Fuerzas Armadas, que si no ha rectificado ni pedido disculpas, que si las convicciones privadas de un político que aspira a ser jefe del gobierno no tienen porque coincidir con su labor pública, etc. Pocos han dicho lo que es: que Rajoy y los suyos se ciscan en España.
Pero lo más trágico es que nada va a pasar. Que la alternancia PP-PSOE va a seguir siendo el único horizonte político de la mayoría de españoles y que los destinos de España van a seguir en manos de quienes ni siquiera creen en ella. Más muertes necesarias por el bien de España.
La reciente indiscreción de Rajoy no es ninguna anécdota: es la constatación de lo que realmente sienten él, Arenas y todos los demás. Tampoco fue un desliz: ya en su día se encargó de dejar claro en una emisora de radio catalana que si acudía a la celebración del 2 de mayo en Madrid no era porque lo sintiera sino por un compromiso de agenda. Pocos entonces quisieron reparar en ello. Pero no sólo él huele a podrido: su podredumbre es extensible al organigrama pepero a la vista de las explicaciones y justificaciones que sus adláteres han pregonado.
A estas alturas, obvio es decir que Rajoy no posee ni un gramo de patriotismo... ni él ni los suyos. A estas alturas ya sabemos lo que Rajoy siente ante la conmemoración de nuestra Fiesta Nacional. Y también sabemos de sus tristes consecuencias entre los creadores de opinión del régimen: que si fue una indiscreción tonta, que si una ofensa a todos los caídos, que si un desprecio a las Fuerzas Armadas, que si no ha rectificado ni pedido disculpas, que si las convicciones privadas de un político que aspira a ser jefe del gobierno no tienen porque coincidir con su labor pública, etc. Pocos han dicho lo que es: que Rajoy y los suyos se ciscan en España.
Pero lo más trágico es que nada va a pasar. Que la alternancia PP-PSOE va a seguir siendo el único horizonte político de la mayoría de españoles y que los destinos de España van a seguir en manos de quienes ni siquiera creen en ella. Más muertes necesarias por el bien de España.
2 comentarios:
Más que todo eso. El PP es un pútrido paredón de contención de los españoles que rabiosamente aun quieren seguir siéndolo. Para que no desborden y no logren su objetivo. Lo del Psoe se ve claro, pero en el caso pepero los contornos meridianos de su función aún se les manifiesta entretinieblas. Es un tiempo perdido mientras el engaño se consuma en toda su plenitud.
El PP es el freno para que España pueda realmente progresar como colectivo y para que dejemos de tener la imagen que hicieron de nosotros unos secuestradores totalitarios.
Hasta que no se abandone la ideología franquista de nuestras mentes España no progresará.
El PSOE cae en el mismo pecado.
Publicar un comentario