4/4/08

A un mes del 9-M

Ha pasado casi un mes de las elecciones y durante estos días hemos estado tentados de añadir nuestras conclusiones sobre sus resultados. Pero nos hemos aguantado mientras aventábamos todo lo que íbamos leyendo sobre los mismos. Al final, la brisa se ha llevado la paja y nos hemos quedado con el grano...

Los consumidores españoles han acudido a las urnas en un elevado porcentaje, sin que hiciera falta otra masacre como la del 11-M. ¿Es que la izquierda abstencionista continúa con el mismo miedo a la derecha como hace cuatro años o es que entonces no existió? En fin, que la participación ha sido muy alta (un 75,3%) por lo que no se puede decir que los españoles estén hartos de sus políticos...

Porque han acudido a votar a una de las dos opciones del régimen: el 83,7% lo han hecho por el PSOE o el PP. Así, una primera conclusión es que no existe disconformidad con el régimen. No puede haber crítica al meollo del cogollo cuando tantos millones de consumidores españoles creen en psocialistas o populares.

Y el reformismo del régimen en clave "nacional" que representaba UPyD ha obtenido un ridículo 1,2%, lo que equivale a unos 300.000 votos. Los guardianes del régimen más críticos se han alegrado de este éxito de Rosa Díez y Fernando "me la sopla y me la suda España" Savater. Nosotros creemos que es un soberano fracaso... su perspectiva de crecimiento es limitadísimo... el que no se consuela es porque no quiere.

Por último, el voto en blanco ha retrocedido de 450.000 a unos 300.000.

Los españoles parecen encontrarse muy a gusto con el régimen vigente y no se les adivina preocupación, ni miedo, ni indiferencia siquiera...

1 comentario:

Franz Biberkopf dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con tu análisis. El panorama político español presenta una situación triste y, por desgracia, "no alarmante". Es decir, la penosa impresión es que la gente parece mayoritariamente satisfecha y conformista con el oligopolio actual.

Para mí ha sido una auténtica pesadilla saber lo que ha ocurrido con el voto que deposité a favor de IU. Obviamente no estoy de acuerdo con todos los puntos de este partido, y mucho menos con su actual ejecutiva federal. Pero, puestos a elegir, me parecía lo menos malo. ¿Y cuál es el resultado de mi decisión? Primero, un reparto de escaños ridículo; después, la descabellada decisión de Llamazares de unirse a BNG y ERC para formar grupo parlamentario. Como ciudadano me siento totalmente estafado.