13/12/07

Esterilidad frente a la partitocracia

Rosa Díez denuncia el portazo en las narices que ha recibido cuando se ha presentado ante la banca española pidiendo créditos para su campaña electoral. Créditos, que por cierto, acabamos devolviendo los españoles mediante la financiación pública de la casta partitocrática del régimen vigente. Y recuerda datos como que el PSOE debe a la banca más de 62 millones de euros, y el PP, más de 28 millones. O que el Santander perdonó 12 millones al PSOE en mayo de 2006 tras 19 años de impago y que Caixa Galicia condonó 2,6 millones al PP cuando éste llegó al poder en 1996. Aunque se olvida de denunciar el peculiar sistema bancario de las cajas de ahorro, entidades financieras al servicio exclusivo de las castas partitocráticas de los diferentes cortijos autonómicos.

El partido de Rosa Díez y de Fernando "me la suda España" Savater sólo va a servir para demostrar que el régimen vigente es irreformable... que los "fallos" que dicen encontrarle y que pretender "subsanar" son, en realidad, elementos consustanciales del mismo sin los que perdería su identidad y esencia misma. Su empeño será una pérdida de tiempo, energía y dinero... cuyo mejor servicio pasará por convencer a algunos españoles más de esta realidad.

3/12/07

¡Gracias Lenin!

Dicen que en Rusia están pensando en pedir la canonización de Vladímir Uliánov, más conocido por Lenin. No son precisamente los nostálgicos comunistas quienes lo pretenden, que para eso allí sí suelen ser ateos, sino los flamantes nuevos rusos, un eufemismo bajo el que se esconde la nueva oligarquía consolidada al calor de Eltsin y Putin. Desde que en 1991 se hundiera definitivamente la Unión Soviética, el socialismo real, el comunismo y el marxismo... Rusia ha reunido al mayor número de millonarios indígenas del mundo. Aquel Moscú gris con regueros rojos del Hotel Lubianka y la usurpadora corte roja en el Kremlin ha desaparecido. Hoy, los salones imperiales refulgen con más intensidad, los neones del consumismo voraz iluminan los sueños de los infelices y el lujo derrochado salpica de indecencia la nieve gris con regueros rojos.

Puestos a montar una feria estrafalaria, a un tipo se le ocurrió una para millonarios. Y hoy, el lugar más indicado es Moscú, claro. Allí, los nuevos rusos despilfarran los dólares como aquí el agua de nuestros váteres. Les ha sido fácil el saqueo (bueno, la "privatización") de las enormes riquezas siberianas... y son tantas que no saben qué hacer. Por eso compran clubes de fútbol ingleses o decoran sus mansiones a base de mal gusto y ordinariez. Porque si algo no le gusta al tipo de la Millionaire Fair, un holandés de exquisitos modales, es la chabacanería y lo horteras que son. Pero no le preocupa, espléndidos ya lo son y el buen gusto, la elegancia o la distinción siempre llegan más tarde que los millones.

Noviembre, aquí, ha sido un mes para los trasnochados. A los habituales del facherío se les han sumado los comunistas celebrantes del aniversario de la Revolución Rusa. Se les ha visto en plena puerta del Sol con estandartes del Padrecito y banderas rojas, ciegos y tontos, ya sólo una opereta de balde para turistas y buscavidas. Dicen que un tal Abramovich, que pasaba por allí, se los intentó llevar a todos de mariscada y francachela.

2/12/07

Los más listos

La Bolsa ha hecho mucho más ricos a los ricos. El largo periodo alcista que vive la renta variable se refleja en el valor de mercado de las participaciones de los grandes patrimonios españoles. Al cierre del ejercicio 2003 los paquetes accionariales de las 20 mayores fortunas de la Bolsa valían 16.628 millones de euros. Hoy día, esos títulos están tasados en 54.000 millones. En sólo cuatro años, han multiplicado por más de tres veces su valor. Ya hay ocho personas que tienen en Bolsa participaciones de más de 2.000 millones de euros.

En este periodo, Amancio Ortega se ha consolidado como el hombre más rico de España y uno de los 10 más acaudalados del mundo gracias a la gran revalorización de Inditex, empresa de la que es presidente y máximo accionista. En 2003, sus acciones en la cadena textil tenían un valor de mercado de 5.930 millones y ahora suman 17.600 millones. De la revalorización del grupo gallego también se ha beneficiado su ex mujer, Rosalía Mera, cuyo 7% del capital alcanza los 1.740 millones.

El primer puesto de Ortega en esta particular lista es, hoy por hoy, inalcanzable para el resto. Sin embargo, en los escalones siguientes se ha producido una pequeña revolución. La familia Del Pino, propietaria de Ferrovial, ha perdido el segundo puesto del escalafón de grandes fortunas en favor de otra familia constructora, los Entrecanales.

A la familia Del Pino (que pese a todo ha doblado su patrimonio) se le ha atragantado la compra del gestor aeroportuario británico BAA, penalizada por el mercado en los últimos meses. A los dueños de Acciona, sin embargo, todo les ha ido de cara. Las plusvalías por la venta de Airtel (hoy Vodafone) y de su paquete en FCC, así como la incursión en la energía eólica y la compra de Endesa han supuesto que sus títulos en Acciona valgan 8.786 millones frente a los 1.660 millones de 2003.

Otro exponente del boom del ladrillo, Manuel Jove, ocupa el cuarto lugar. Los 2.000 millones de plusvalías que obtuvo por la venta de la inmobiliaria Fadesa le han servido para comprar el 5% del BBVA y ser su primer accionista individual. Una inversión que, por ahora, ha perdido valor. Compró en julio pasado, antes de la crisis de las hipotecas basura en EE UU, a un precio de 18,10 euros por acción y las acciones del banco valen hoy 17 euros.

Pero no todo han sido alegrías. La era dorada de la construcción también ha dejado sus ángeles caídos. El caso más emblemático es el de Enrique Bañuelos. Cuando Astroc empezó a cotizar en mayo de 2006, la participación de Bañuelos se tasó en 775 millones. Tras una escalada vertiginosa, las acciones tocaron su máximo a finales de febrero de 2007. Ese día, el paquete de Bañuelos valía 4.538 millones (llegó a estar en el puesto 95º de la lista de la revista Forbes). El posterior batacazo bursátil de la inmobiliaria y las desinversiones han hecho que el patrimonio de su ex presidente se quede en sólo 262 millones.

Aparte de las jugosas plusvalías latentes que han atesorado las participaciones bursátiles de las grandes fortunas en los últimos años, sus cuentas corrientes han recibido una nada desdeñable inyección de liquidez vía dividendos. Los cinco ejercicios consecutivos de ganancias récords entre las compañías cotizadas se han dejado sentir también en la retribución al accionista. Y los grandes inversores son los más beneficiados. Los principales patrimonios bursátiles del país han recibido 3.253 millones en dividendos desde 2003. Un dinero que, por ejemplo, daría para comprar el 100% de Iberia.

En algunos casos, el aumento del valor de las participaciones es producto, además de la revalorización de los títulos, de nuevas compras de acciones. La etapa de créditos baratos, donde los dividendos recibidos bastaban para pagar los intereses de los préstamos, han facilitado que inversores de pedigrí se reforzaran en el capital de las compañías. Ejemplos de pulsos entre accionistas se han dado en ACS, donde Florentino Pérez, la familia March y Alberto Cortina y Alberto Alcocer han ejecutado un reguero de compras en los últimos años.

Cada etapa bursátil genera sus propios millonarios. A finales del siglo pasado fueron los empresarios puntocom y en los últimos años los beneficiados han sido los reyes de la construcción. Ahora parece surgir una nueva casta: los ricos vinculados a las energías renovables. Cinco meses han bastado a la familia Díaz-Tejeiro, propietaria de Solaria (productora de placas solares) para colarse en el gotta bursátil español con un patrimonio superior a los 1.000 millones.

Fuente:
http://www.elpais.com (2/12/2007)

1/12/07

Cifrando los privilegios forales (II)

Las comunidades autónomas con más ingresos netos por hogar fueron Navarra (29.845 euros) y Madrid (27.718 euros), mientras que Extremadura (17.910 euros) y Andalucía (20.268 euros) fueron las que tuvieron menores ingresos, según los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida, difundida hoy por el INE y que recoge datos de 2005.

Extremadura es la región con un mayor índice de pobreza (38,6%), casi el doble que la media nacional (19,9%), mientras que Navarra y País Vasco presentan porcentajes muy inferiores, del 9,8% en ambos casos. En cuanto a los ingresos por persona, también encabeza Navarra con 10.705 euros, seguida del País Vasco, con 9.995, y Baleares, con 9.913, frente a Extremadura (6.203) y Andalucía (6.859 euros).

Respecto al índice de pobreza, después de Extremadura se encuentran Andalucía (29,7%), Castilla-La Mancha (29,3%) y Canarias (28,3%). Las comunidades con menor porcentaje de pobreza son País Vasco y Navarra, ambas con el 9,8%, así como Baleares (11,5%) y Cataluña (12,1%).

Dos de cada 10 residentes en España (un 19,9% de la población) estaba por debajo del umbral de pobreza relativa el año pasado, según dicha Encuesta de Condiciones de Vida y que fija este límite en 6.860 euros al año. Los grupos más afectados por la pobreza relativa son las personas de 65 o más años, con un porcentaje del 30,6% por debajo del umbral y los menores de 16 años, cuya tasa es del 23,8%.

Fuente: http://www.elpais.com (30/11/2007)

28/11/07

Cifrando los privilegios forales

El informe elaborado por la Fundación BBVA 'Las balanzas fiscales de las comunidades autónomas con la Administración Pública Central 1991-2005', de los profesores Uriel y Barberán, pone negro sobre blanco, cuantificada, la injusticia para el conjunto de ciudadanos españoles que se deriva de los decimonónicos privilegios forales de las provincias vasco-navarras. Mientras que la vasca es la cuarta comunidad autónoma que menos contribuye a la Administración Central, la españolísima comunidad foral navarra es la que menos (cada "vasco" o "navarro" aporta menos de la mitad que un "madrileño").

Respecto al tan manoseado déficit fiscal, pese a sus elevados niveles de renta, la comunidad foral navarra presenta una balanza fiscal positiva de 315,5 millones de euros mientras que la de la vasca es de 1.653 millones (para el periodo 1991-2005). Las regiones más ricas son las que más aportan y las más pobres las que más reciben. Esta premisa imprescindible para el desarrollo de cualquier nación se quiebra ante la realidad de los regímenes de privilegios de las provincias forales.

Es necesario recordar por último, que en el índice del PIB pér cápita, los navarros ocupan el 2º lugar y los vascos el 3º.

10/11/07

Las dos Españas

Se habla de aumento de la crispación pero es algo más profundo. El paso del tiempo proporciona, sobre todo, perspectiva. Y para la reflexión sobre la Historia es la herramienta imprescindible.

Desde hace un tiempo, no mucho, es perceptible como un combativo sector de la derecha española está perdiendo el acomplejamiento bajo el que aún yace la mayoría de sus correligionarios. Se reconocen ahí, en la derecha, sin coartadas. Es una derecha que revisa nuestra historia más reciente, franquismo incluido. Es lo que muchos centristas han querido hacer desde hace mucho tiempo pero no han podido... Lo dejó bien claro Mayor Oreja cuando aseguró que el franquismo fue aceptado por una gran parte de los españoles... aquellos que conformaron el tan manido franquismo sociológico. Y el potencial de esa derecha desvergonzada que surge es que tendrá una base sociológica sólida en la mitad de los españoles, continuadora de aquella mayoría conservadora y clerical que aupó y mantuvo a Franco en el poder.

Esto preocupa a la izquierda. Entre otras cosas porque pone fecha de caducidad a su pretendida superioridad moral. Los comunistas y muchos socialistas esconden su identidad totalitaria y antidemocrática en su pedigrí antifascista. Pero el franquismo fue lo que fue y no un régimen totalitario fascista. El paso del tiempo pone a cada uno en su sitio... De ahí su imprescindible necesidad de una Ley de la Memoria Histórica que más allá de permitirles ganar ahora aquella guerra que perdieron en 1939, perpetúe bajo el ordenamiento jurídico su verdad y su supremacía ética y moral. Porque esta ley rompe definitivamente con lo que pudiera quedar del consenso de la transición respecto a nuestro pasado histórico más reciente. Y lo hace desde el maniqueísmo: nosotros somos los buenos y ellos, la mitad de los españoles, son los malos. Mientras éstos y sus herederos lo continúen aceptando el statu quo seguirá garantizado, pero ¡hay! como triunfen esos subversivos agitando sus conciencias y su orgullo.

Pero además, esta nueva derecha sin complejos está dando un paso más allá, a veces sin querer, y amenaza con orillar a los dirigentes entronizados del centroderecha español. Porque se muestra cada vez más crítica con dicho statu quo y, por ende, con el régimen que lo corona. ¿Por qué? Porque acontecimientos puntuales de los últimos casi cuatro años han sido analizados y entendidos como los jalones de un cambio de régimen en marcha al que no son ajenas las más altas instancias. Y esto sí que asusta a los tontos útiles de la derecha monárquica y solivianta a los prohombres de la izquierda juancarlista. ¿A qué si no se debe la desaforada ofensiva por abortar a la Cope, silenciar a El Mundo o fusilar (figuradamente decía la escritora) a Jiménez Losantos? Deben presentir un grave peligro cuando el jefe del Estado, el presidente del Gobierno o el democristiano Durán Lleida entre otros muchos exigen, nada más y nada menos, que cercenar la libertad de expresión.

No es que se trate de la petición de un periodista de El País del cierre de esas empresas de medios de comunicación o de las sempiternos espumarajos de los nacionalistas antiespañoles, es que son todos los dóbermans de la pluma y el papel encabezados por esa gran periodista que abría los telediarios con mítines desde la cárcel de los terroristas de los GAL los que se están lanzando a las yugulares. Asistimos a un acoso como nunca se había dado. Es una verdad como un templo incluso para los que la clerical Cope no es santo de su devoción. En estas ocasiones se aprecia en toda su rutilancia la hegemonía moral de la izquierda. Con el episodio de los boicots del PSOE a Telemadrid y del PP a Prisa en la memoria, ¿alguién se imagina los alaridos de la izquierda visible si alguien osara pedir el silencio para Gabilondo? Lo más seguro, como debió decir la lideresa, es que Juan Carlos I de Borbón lo invitaría a palacio a comer.

"La ingratitud es oficio de reyes pero los Borbones se exceden", dijo el vizconde de Chateaubriand. ¿Se hará republicana la derecha española?

7/11/07

El 35% de los españoles está de acuerdo con la sentencia del 11-M

laSexta ha realizado la primera encuesta sobre la sentencia del 11-M que será difundida hoy en El Barómetro de laSexta que se emitirá en las dos ediciones de laSexta/Noticias.
  • Para el 41,8% de los españoles, la sentencia resulta inadecuada. Una cifra que baja hasta el 34,6% en el caso de los votantes del PSOE y que asciende al 62,5% en el caso de los del PP.
  • Para el 34,9% la sentencia resulta adecuada. Así lo creen el 48,7% de los votantes del PSOE y el 20% de los votantes del PP.
  • Al 50,8% le ha parecido adecuada la actitud del juez Bermúdez durante todo el proceso. Así lo creen el 63% de los votantes del PSOE y el 45,5% de los del PP.
  • Para el 19,3% la actitud ha sido inadecuada. Idea que comparten el 13,6% de los votantes del PSOE y el 29,5% de los del PP.
  • Al 39,2% la reacción del Gobierno ante la sentencia le parece adecuada. En el caso de los votantes del PSOE lo piensa el 56,6% y en el de los votantes del PP lo piensa el 18,5%.
  • Para el 34,3% la reacción ha sido inadecuada. Así lo creen el 22,9% de los votantes del PSOE y el 67% de los votantes del PP.
  • La reacción del PP le parece inadecuada al 52,2%. En el caso de los votantes del PSOE la cifra asciende al 70,2% y en de los del PP alcanza el 30%.
  • El 21,2% considera adecuada la reacción de los populares. Así lo piensan el 12,5% de los votantes del PSOE y el 50,5% de los del PP.

  • Para el 64,2% se consolida la idea de que la responsabilidad del 11-M corresponde al terrorismo islámico. Algo que en febrero del 2007 pensaban el 48,1% de los españoles. Esta idea es compartida por el 77,9% de los votantes del PSOE y por el 45,5% de los del PP.
  • Según el 19,6% el atentado fue provocado por una coalición entre ETA y el terrorismo islámico. En el caso de los votantes del PSOE piensa así el 12% y en el del PP el 35,5%.
  • Un 2,9% piensa que ETA fue la responsable de los atentados. Así lo creen el 2,1% de los votantes del PSOE y el 4% de los votantes del PP.

  • Para el 48,9% los medios que defienden la teoría de la conspiración y el PP siguen una estrategia de desgaste al Gobierno. Lo creen el 56,6% de los votantes del PSOE y el 39,5% de los votantes del PP.
  • El 25,8% cree que estos medios y el Partido Popular buscan la verdad. Algo que piensan el 24,2% de los votantes del PSOE y el 42,5% de los del PP.

22/10/07

Reforma, continuismo y ruptura en la segunda transición

por Juan Colomar Albajar


El 11-M es un eslabón más de una historia “llena de ruido y de furia”: la historia del juancarlismo. El asesinato de Carrero Blanco arruinó la viabilidad de un franquismo inmovilista sin Franco; allanó los caminos de la primera transición. Efímeros fueron los intentos de contener ese proceso mediante el continuismo tímidamente aperturista de Arias-Navarro. El atentado del 11-M catapultó un cambio de gobierno que ha desgarrado la concepción inmovilista de la Constitución de 1978 sostenida por Aznar. Ha desbloqueado la segunda transición, que apunta a un cambio de régimen. El PP, principal baluarte del continuismo constitucional se halla a la defensiva, a remolque de los acontecimientos. Se pretende hurtar de nuevo a los españoles la salida de la ruptura democrática.


PRIMERA TRANSICIÓN: JUEGO DE TRILEROS

Los cauces legales de reforma previstos en la Constitución de 1978 hacen de ella una constitución blindada. El requerimiento de mayorías cualificadas inalcanzables para la alteración de sus preceptos esenciales la resguarda con la cobertura propia de otras constituciones que gozan de “cláusulas de intangibilidad”. Esos preceptos son legalmente tan infranqueables como las que consagraban la eternidad de los Principios del Movimiento Nacional franquista.

En estas condiciones, salvo desmoronamiento por agotamiento del régimen, con desbandada de su clase política, únicamente dos vías posibilitan un cambio. Una de ellas es la ruptura democrática propulsada desde abajo, por la acción popular. La otra es la vía de reforma ejecutada desde el mismo gobierno, a través del retorcimiento de la propia legalidad vigente y del quebrantamiento de todo canon democrático. Esta última fue la vía de engaño masivo a los españoles impulsada desde 1975 por Juan Carlos de Borbón, teorizada por Torcuato Fernández Miranda y practicada por Adolfo Suárez. Hoy es emulada por Rodríguez Zapatero.

Muerto Franco, esta vía arrancó con la oferta del Referéndum de la Reforma Política como única opción de los españoles, con ocultamiento de unos pactos –entre franquistas y los partidos ilegales provenientes del exilio– que descartaban cualquier alternativa realmente democrática, acusándola incluso de pretender un nuevo enfrentamiento civil. Siguió al referéndum la rápida convocatoria de elecciones legislativas y, con ella, una frenética carrera por la legalización. Con la consecución de algunas libertades, unos entendieron que la democracia había llegado. Otros, se contentaron simplemente con lo logrado, temerosos de ir más allá. “Libertad sin ira, libertad”.

España no disfrutó de un periodo constituyente público y democrático. Las Cortes elegidas en los comicios legislativos de 1977 se autoerigieron –sin mandato explícito– en constituyentes, impidiendo que los ciudadanos participaran en el gran debate sobre su sistema de convivencia. El proceso quedó en manos de los portavoces de esa oligarquía. La Constitución se debatió en secretó y luego, una vez hallado el consenso de los aparatos, se aprobó en las Cámaras, y en posterior referéndum. Del parto de los montes resultó la sustitución de la dictadura militar por una monarquía parlamentaria asentada en una oligarquía de partidos, y una estructura territorial de cortijos autonómicos para alojar en algunos de ellos a los separatismos.


UNA DOBLE FRACTURA

Pongamos brevemente la lupa sobre dos conflictos que, por lo menos desde 2000, enfrentaron a las dos principales fracciones del aparato político del juancarlismo.

El primero se refería a la respuesta ante el auge de los procesos nacionalistas fraccionarios fomentados por el Estado de las Autonomías desde sus mismos inicios. En el mismo año 2000, mientras Aznar considerada cancelada la transición, el PSOE, azuzado por los editoriales de PRISA, iniciaba de tapadillo sus negociaciones con ETA y abiertamente con ERC.

Por otra parte, ese proceso coincidió con el estallido de diferencias en el seno del capital internacional, a raíz de la intervención militar norteamericana en Iraq. Con ello se exponían a la luz del día contradicciones entre los grandes bloques de poder imperialista que se habían gestado de forma soterrada desde la caída del muro de Berlín. Esos conflictos se proyectaron dentro de nuestro escenario nacional provocando alineamientos contrapuestos de las diversas fuerzas del régimen.

Parece cada vez más claro que esas dos fisuras en el espinazo de nuestra oligarquía política fueron los factores determinantes de la masacre del 11-M, planificada para provocar un vuelco electoral que, en lo inmediato, arrojase al PP por la borda. En cualquier caso, hoy no cabe duda de que, más allá de un simple cambio de gobierno, las elecciones del 14 de marzo de 2004 decidieron efectivamente sobre los dos puntos antes mencionados: esto es, si debía revisarse la política territorial del Estado español, tal y como había quedado atada y bien atada en la Constitución de 1978, y si España debía seguir privilegiando la relación con EE.UU o, sin abandonar totalmente esa relación de vasallaje, pasaba a priorizar el bloque imperialista dominante en la UE, pilotado por el eje franco-alemán.

Lo que ha venido en denominarse segunda transición se encamina al descoyuntamiento de los restos de Estado unitario, entre una pluralidad unidades para-estatales de base lingüística-cultural, competencialmente asimétricas para permitir la posición dominante de algunas de ellas en el expolio del conjunto de los ex-pañoles. Esto conlleva un drástico cambio de geometría política: ruptura del consenso entre los dos grandes partidos llamados nacionales, marginación y minimización del PP y eternización del poder del PSOE, compartido en clave de “co-soberanía” con los nacionalistas étnicos de la periferia. Queda reservado a la Corona, en recompensa a sus intrigas y perjurios, un papel simbólico de unidad residual de cara a Europa.

En cuanto a la política exterior, Rodríguez Zapatero no pretende en modo alguno romper el “vínculo atlántico”. Por razones electorales sacó a nuestras tropas de Iraq; pero, a continuación, las envió incrementadas a Afganistán. No ha cuestionado la presencia de bases y tropas norteamericanas en España. Y en lo que concierne a la situación colonial de Gibraltar, el régimen se desliza hacia la claudicación de una soberanía compartida con Inglaterra. No obstante, hay diferencias esenciales entre la orientación de Rodríguez Zapatero y la de Aznar. Éste quiso hacerse un hueco propio en Europa, impulsando en su seno una fracción de oposición a las iniciativas del eje franco-alemán y poniéndose al servicio incondicional de USA. Apoyó la guerra yanqui-sionista contra Iraq, que infligía un significativo perjuicio a los fabulosos negocios de Francia y Alemania con Saddam Husein. Rodríguez, en cambio, es fundamentalmente un mayordomo del eje franco-alemán. Su papel es propiciar la centralización de Eurolandia en manos de Alemania y Francia y fomentar la división interna de España. El proyecto “pluri-nacional” de Zapatero es perfectamente funcional con la dinámica de “regionalización de los mercados” promovida por la UE.


EL GOBIERNO DE LOS TRENES Y LA SEGUNDA TRANSICIÓN

A la ilegitimidad de fondo del régimen en su conjunto, se acumula la del origen de su actual gobierno, aupado por el atentado del 11-M. Incluso en una hipótesis benigna que exima al PSOE de la ejecución de la masacre, lo cierto es que entre el 11 y el 14 de marzo de 2004, fuerzas afectas a ese partido provocaron un vuelco electoral mediante la proyección de una falsa autoría islamista, presentada como venganza de al-Qaida por la intervención en la guerra de Iraq. El comportamiento de tales fuerzas en esos días y en las fechas inmediatamente posteriores fue, en el mejor de los casos, el de encubrimiento de los reales autores del atentado del 11-M, mediante la eliminación de pruebas, la creación de pistas falsas y la falsificación de informes policiales, culminando todo ello con el “suicidio” de algunos confidentes y camellos en el plató de Leganés.

Vino a continuación la burla de la propia legalidad constitucional que ha implicado la aprobación del Estatuto de Cataluña mediante simple ley orgánica, constituyendo contra España una “nación” que sirve de modelo a toda una recua de nuevos estatutos disgregadores.

Se ha añadido a esto la colaboración política con banda armada. Tras pactar con los terroristas de ETA una declaración de tregua, el PSOE les ha permitido la ocupación de la escena política, la extorsión mafiosa, la violencia callejera, el rearme y una nueva concurrencia a elecciones después del atentado de diciembre de 2006 en Barajas. Hemos asistido a una sabia administración conjunta del terror para reducir al silencio a los españoles de Vascongadas y propiciar el desistimiento del resto de nuestros compatriotas con ayuda del fraude de la "Paz". Una “Paz” consistente en la legalización de las tramas terroristas vascas y enaltecimiento de sus “héroes”, reconocimiento de “Euzkadi” como nación y de su derecho a la autodeterminación y, más tarde o más temprano, su anexión de Navarra.

En apoyo de ese “proceso de paz”, y aprovechando los resortes espúreos ya dispuestos en la estructura del régimen, el gobierno de Rodríguez Zapatero ha convertido a diversos jueces en prevaricadores, a los fiscales en abogados de los terroristas separatistas y a sectores de policías en chivatos que previenen a los etarras de las redadas de otros policías. Trata a las víctimas del terrorismo como “enemigos de la paz”. Persigue con saña a los miembros de las fuerzas de seguridad que quieren cumplir con su deber.

En los últimos tiempos, el social-terrorista del talante, temeroso de una pérdida de apoyo electoral, ha debido escenificar con ETA una “ruptura de de la tregua”. Asistiremos tanto a gestos de “firmeza” gubernamental, con las correspondientes detenciones, como a atentados. Para Rodríguez se tratará en ambos casos de “accidentes” que no deben impedir, en un momento más oportuno, la reanudación pública del “diálogo” (que no cesa entre bastidores ni un solo momento).

Se constata el despliegue de otras políticas destructivas. Está la inmigración con alcance invasivo facilitada por las “regularizaciones”. Y está la “alianza de civilizaciones”, que si a escala internacional es tan sólo una flatulencia ideológica seguida con irrisión, opera sin embargo en el plano interno como cobertura de la complicidad con el régimen criminal alauí: abandono en su favor del Sahara y disposición a entregarle las plazas de Ceuta y Melilla.

En cuanto a los trabajadores españoles, somos simplemente un agregado lanar que una oligarquía económica pastorea sin grandes dificultades. Esa oligarquía, que vive del excedente que producimos, de nuestros impuestos, de nuestras hipotecas, de los artículos que le compramos, ha recibido una oferta que no puede rechazar. Hay que avanzar hacia la instauración del juancarlismo confederal de las etnias asimétricas, para que el capital bancario y los oligopolios, perfectamente centralizados, puedan “liberar” completamente al mercado; para que los caciques regionales irredentos consigan saciarse, metiendo su hocico en el botín general y manejando con sus propias manos el ariete de la inmigración contra los trabajadores españoles; para hacer ofrenda de nuestros últimos sectores industriales estratégicos al capital “comunitario” europeo; para des-regular hasta el fin un empleo y unas condiciones de trabajo que no se consideran suficientemente precarizados; para privatizar todos los servicios y sistemas de protección social y para abismarnos para siempre en la impotencia de la división, una vez enclaustrados en nuestras respectivas “naciones identitarias”. Para esto se hizo el 11-M.

En consecuencia, a partir de la tragedia del 11-M, los restos semi-cadavéricos de la Españita erigida en 1978 están siendo volados sin piedad por la alianza del PSOE, nacionalistas anti-españoles, etarras y arqueo-comunistas que dirige Rodríguez Zapatero. Fuera de combate Carrero-Aznar, la Zarzuela apoya a Suárez-Zapatero, de modo silente, con la palabrería hueca de sus discursos navideños o con manifestaciones explícitas en reducidos cenáculos. Y como reedición del papel del patético Arias Navarro, tenemos al romanonesco Rajoy.


LA FALACIA DEL CONTINUISMO CONSTITUCIONALISTA

Asciende el número de seguidores del PP que coinciden con un reciente aserto de Pío Moa: “al hablar del Bobo Solemne, Rajoy se estaba refiriendo a sí mismo”. La confianza en Rajoy se ha ido deteriorando sensiblemente entre parte de sus propias huestes. Advierten que el PP se va reduciendo a ser una mera matización del PSOE.

Rajoy ayudó a Rodríguez Zapatero en su campaña del referéndum de la Constitución Europea, un intento de formalizar la prepotencia del eje franco-alemán con un mamotreto pergeñado en algunas “sociedades filosóficas”. Ha introducido al PP en la dinámica de las reformas estatutarias “nacionales” (Andalucía, cláusula de arrastre valenciana, loas de Núñez Feijóo a la “realidad genética” gallega, etc.). Ha tolerado que el cripto-convergente Piqué condujese al PP catalán al borde de la extinción y que Matas, con sus carantoñas al catalanismo, llevase al PP balear a ser desbancado del gobierno en las últimas elecciones municipales y autonómicas. Tras favorecer los avances en la vasquización de Navarra, a través del neo-carlista fuerismo de la UPN, ahora fomenta la upenización del PP canario. No quiere saber nada del 11-M porque prominentes mandos policiales nombrados por Aznar y Acebes se pasaron aceleradamente a la patraña del atentado islamista e incluso dieron su bendición a los “suicidios” de Leganés. Y porque durante el periodo en que mantuvo el gobierno en funciones pudo averiguar algo terrorífico que debe ocultar “por razones de Estado”. Sus críticas a la política migratoria de Zapatero rezuman la peor demagogia y mala fe. Esa política no hace más que seguir la estela de la desplegada por Aznar. Sólo le ha quedado al PP un punto de diferenciación, en torno a la cuestión de ETA. Pero tarde o temprano, por poco que maniobren Zapatero y Ternera, Rajoy será barrido por la pazzzz. Las últimas propuestas de Rajoy son puras ocurrencias deshilvanadas –reformas fiscales, del sistema electoral, etc.–, con las que pone de manifiesto su agotamiento político.

La cúpula del PP sabe perfectamente que la obtención de una mayoría absoluta en las próximas elecciones generales es una quimera. Su única esperanza es conseguir los votos suficientes que le permitan gobernar mendigando apoyos a los nacionalistas “moderados”. Por eso han empezado a lanzar tejos a CiU e incluso al PNV. Pero eso mismo es lo que impide un relanzamiento del PP, en Cataluña y en otros puntos, siguiendo las pautas “duras” del vidal-quadrismo.

Dentro del contexto general, el PP juega un papel que, no por menos decisivo, es menos letal. Consiste en ocultar a los españoles que el régimen de 1978 está materialmente fenecido. La estrategia del PP consiste en montar la guardia en torno a una carroña y conduce a la impotencia a toda la galaxia “constitucionalista” que confía en ella. Incluso una nueva victoria del PP en las urnas, para volver a una situación como la de 1996, no detendría el proceso de descomposición política general; sino que lo haría todavía más convulsivo y desgarrador. La lucha contra la monarquía y contra el PSOE empieza por la lucha contra el PP.


LA RUPTURA DEMOCRÁTICA: HACIA LA III REPÚBLICA

Existe una alternativa al reformismo destructivo de Rodríguez Zapatero y al constitucionalismo paralizante de Rajoy. Exige certificar la defunción de la España de 1978, provocada por la ejecutoria antinacional y antidemocrática de ese régimen al completo, por su cortejo de crímenes, acompañado por el saqueo de las instituciones públicas, la dilapidación del esfuerzo de generaciones enteras, a expensas del futuro de la Patria, y de la burla constante al pueblo español. Hemos llegado al punto de que si el gobierno del PSOE, con el rey mirando para otro lado, no respeta las leyes vigentes, menor ha de ser el respeto que les mostremos los españoles.

No hay muchos muebles que salvar. Del juancarlismo sólo cabe defender el conjunto de libertades de expresión, acción y organización que en su estructura han incrustado las luchas populares. Nada más. A partir de ahora sólo queda apoyarnos en esas libertades para emprender el camino de la ruptura democrática que invoca, como cimientos de legitimidad:

- la pervivencia de la patria española milenaria mediante su plasmación moderna como Nación democrática de ciudadanos;
- la soberanía de España en la arena internacional, en lugar del alineamiento servil en bloques imperialistas;
- la democracia, que implica ante todo la soberanía única e indivisible del pueblo español como fuente de todo poder, y la igualdad ciudadana, en el plano jurídico-político y en el de la igualdad de oportunidades;
- las libertades duramente conquistadas, frente a las tendencias liberticidas de la oligarquía partitocrática y la opresión del separatismo sobre los españoles;
- el derecho a una existencia digna de los trabajadores, fuerza vital de la Nación española y del ascenso al lugar de preponderancia que por justicia les corresponde.

Estos principios de legitimidad son incompatibles con el mantenimiento de la monarquía borbónica, sea en su descompuesta forma autonómica, sea en su actual deriva “plurinacional”. Su realización exige la instauración de la III República española. Ahora bien, la cuestión de la república irrumpe hoy de forma sustancialmente diferente a como lo hizo a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Tres vertientes lo ponen de manifiesto.

1. La república vuelve a la palestra ante todo por la exigencia de integración nacional, como organización estatal de la Nación democrática de ciudadanos. Esta se funda en la adscripción voluntaria a principios políticos y se identifica con la república unitaria. No tienen en ella cabida las “nacionalidades históricas”, las “naciones lingüísticas”, las “realidades genéticas” y demás engendros “etno-culturales”. Si en sus fabulaciones justificativas se remiten a ensoñaciones feudales, cuando no tribales, en su actual funcionalidad constituyen casamatas de la voracidad de tronadas burguesías locales y mecanismos de división de los trabajadores.

2. La república no se enfrenta hoy a los restos de una monarquía absoluta. Se enfrenta a un régimen de monarquía constitucional: a una partitocracia coronada que consagra una forma de dominio oligárquico del gran capital. Este régimen supone el más descarado escarnio de la soberanía popular y, desde luego, de la igualdad ciudadana, y apunta inquietantes tendencias liberticidas y tiránicas. La república democrática ya no puede servirse del sistema liberal parlamentario, principal vivero de la partitocracia. Sólo puede arrancar a partir del sistema presidencialista. Exige la completa separación de las funciones gubernamentales y legislativas, su configuración en elecciones separadas mediante el sistema mayoritario y la plena independencia de la magistratura y la fiscalía del Estado, a cuyas órdenes deben estar los cuerpos policiales.

3. La exigencia de cambios sociales de gran calado no pueden volver a contraponerse al patriotismo ni al principio democrático, puesto que son en gran medida frutos de la radicalización de los mismos. Las preocupaciones patrióticas y democráticas por la defensa de la soberanía nacional frente a la penetración imperialista y por el asentamiento de la igualdad ciudadana en condiciones sociales que la hagan posible, son las que pueden hoy rehabilitar los impulsos hacia una hegemonía del Trabajo, frente a la dominación omnímoda del Capital.

Por todo ello, el nuevo republicanismo hará bien en distanciarse en todos los planos –ideológico, político y simbólico– de las anteriores y aciagas experiencias republicanas desarrolladas en nuestro país. Lo mismo debe prevenirse en relación con formulaciones más recientes de la idea de ruptura democrática.


JUNTA, PLATAFORMA, PLATAJUNTA: ¡VIVA EL REY!

Durante bastantes años, el PCE aireó la consigna de la república, asociada a la hegemonía de una “burguesía nacional” que, según Carrillo, necesitaba urgentemente una “revolución antifeudal y antimonopolista”. Estas tesis alucinatorias fueron finalmente abandonadas y Carrillo reveló su orientación de fondo. Con una propuesta de “Pacto por las Libertades”, pasó a defender la monarquía constitucional y, por tanto, la hegemonía del capital financiero, de la simbiosis del emporio bancario y de las grandes concentraciones de capital en la industria y los servicios. Bajo este signo fue creada en 1974 la Junta Democrática.

La Junta se autoproclamaba órgano de la ruptura democrática con el franquismo. Pero esa ruptura consistía en esperar el óbito del dictador y, con él, la creación de un vacío de poder, ofreciéndose a los sectores “evolucionistas” del régimen como banderín de enganche, con la propuesta de formación de un gobierno provisional que permitiese la reconstrucción del aparato político del capital, con desalojo de los “ultras”. La Junta defendía la necesidad de una consulta popular para decidir la forma definitiva del Estado. Pero esta forma estaba ya decidida en los cálculos de los “rupturistas”: restauración de la monarquía constitucional encarnada en la figura de don Juan de Borbón. Diversos partidarios de este último, presentes en la Junta, ayudaban al PCE en sus intentos de enfrentar al padre con el hijo, habitualmente calificado por Carrillo de “marioneta del búnker”. A la vez, el PCE instrumentalizaba la combatividad de importantes sectores de trabajadores con el consabido juego de la movilización/presión y la desmovilización/moneda de cambio.

A la Junta Democrática le salió prontamente un competidor: la Plataforma de Convergencia Democrática, aglutinada en torno al PSOE. La diferencia entre ambas radicaba esencialmente en que mientras que la línea de la Junta pasaba por atraer a un sector del régimen a la formación de un gobierno provisional de conciliación, la Plataforma se adecuaba a la táctica diseñada por Torcuato Fernández Miranda –de acuerdo con las altas instancias de la Trilateral, la OTAN y la Internacional Socialista– en cuanto a mantener en todo momento el timón gubernamental del proceso en la línea de sucesión juancalista, disolviendo a los núcleos “ultras” y continuistas a lo largo del mismo.

La Junta y la Plataforma acabaron uniéndose en la popularmente denominada Platajunta y con esta unión ganaron terreno las tesis del PSOE, antes de que ambas terminasen engullidas por la reforma suarista.


LA LUCHA ES EL ÚNICO CAMINO

A la línea de quebrantamiento de ley para la disgregación de la unidad nacional de España y la frustración de toda esperanza democrática, sólo cabe oponer la línea de derrocamiento del juancarlismo en dirección a la república unitaria española. A esta perspectiva le corresponde un único camino: la movilización tenaz y cada vez más contundente del pueblo español. Ni los recursos ante los actuales órganos jurisdiccionales, ni las recogidas de firmas, ni las mociones de censura, ni las elecciones bajo el Borbón, convocadas por sus gobiernos, ni los gobiernos emanados de esas elecciones, ni los emplazamientos a las cúpulas de la actual clase política pueden aportar salidas decisivas a la crisis nacional que nos atenaza. Sólo la acción masiva y directa del pueblo español, la apertura de un periodo de rebelión nacional democrática en las más diversas formas, puede abrir las vías del triunfo sobre los enemigos mortales de la patria española.

Desde el verano del 2006 se ha producido una oleada de movilizaciones de enorme envergadura en respuesta a diversas medidas del gobierno de Rodríguez Zapatero. Esa primera manifestación de resistencia ha decaído en poco tiempo, al ser mellados sus filos por el PP y la nebulosa de plataformas “constitucionalistas” que lo toman como referencia. Sin embargo, es importante captar los focos de ignición de esas movilizaciones. Han sido principalmente la oposición a los pactos entre Rodríguez Zapatero y la banda terrorista y separatista, el apoyo a las víctimas del terrorismo y la exigencia de esclarecimiento de los atentados del 11-M. Junto a esos ejes fundamentales, existen otros que podrían fecundar la lucha: la defensa de la lengua española allí donde se pretenda erradicar; la oposición a la inmigración ilegal y restricción de la legal; la defensa de las libertades democráticas contra la censura y represión de los españoles, la resistencia a la precariedad laboral y las deslocalizaciones de empresas, etc.

Sectores de luchadores han iniciado un balance crítico de esa primera fase de la resistencia. Una de las consecuencias de su fracaso ha sido la pulverización organizativa. De ahí la importancia que puede tener, de cara a un relanzamiento de las acciones, antes y después de las próximas elecciones generales, la propagación y el ensayo de formas de organización territorial abiertas a todos los patriotas republicanos. Órganos de “predicación y combate” por la ruptura democrática. Ante todo, para el impulso de ejes de lucha como los mencionados u otros similares. Pero, además, con un horizonte de mayor ambición a largo plazo: la movilización generalizada del pueblo español hasta la conformación de un gobierno de regeneración nacional. Un gobierno surgido de la lucha de masas y sustentado en ella.

Ese gobierno, de carácter provisional, debería asumir como función primordial elaborar un proyecto de constitución republicana y asegurar las condiciones de libertad necesarias para que el pueblo español pueda ser convocado a consulta sin que medie ninguna coacción del terrorismo separatista o de cualquier otra índole. Debería igualmente adoptar medidas socio-económicas de emergencia para paliar la situación de crisis global que se abatirá sobre los trabajadores.

No nos hacemos ilusiones sobre las posibilidades de quienes nos consideramos patriotas. Quizá seamos muchos los que estamos dispuestos. Pero no hay duda de que no estamos en todos los casos preparados. Habrá que dedicar considerables energías a esa preparación que, forzosamente, demandará un esfuerzo prolongado. ¡Que cada vez sean más y muestren mayor arrojo los españoles dispuestos reconstruir nuestra Nación, a liberarla y enaltecerla! El futuro sólo puede ser nuestro si, por indiferencia ante la pérdida de España, no hemos decidido perder toda calidad humana, eligiendo caer víctimas del oprobio en los pozos negros de la historia. Pero no olvidemos que, como ha enseñado nuestra experiencia reciente, el mayor riesgo no proviene de flaquear ante los manotazos represivos del sistema. Proviene de dejarnos engañar por las palabras.

Publicado en DisidenciaS. Revista de Ideas, Cultura, Alternativas, nr. 2 (octubre 2007).
www.disidencias.net

15/10/07

Memoria histórica... y familiar

Hace ya un tiempo que uno de los dos abuelos de Zapatero se hizo, de repente, muy famoso. Fue cuando su ilustre nieto se acordó de él charlando con víctimas del nacionalismo vasco armado. Tuvo entonces el cuajo de soltarles que les entendía muy bien porque a su queridísimo abuelo lo habían fusilado los franquistas durante la Guerra Civil. Algunos dijeron que era un gilipollas por comparar lo incomparable pero otros creímos que no... que era toda una declaración de sus principios, de sus ideas-fuerza. Más allá del desprecio y el insulto a las víctimas del terrorismo antiespañol, aquello sirvió para que se escribiera sobre su abuelo. Y todos supimos algo del capitán Juan Rodríguez Lozano, militar socialista (o radical-socialista) y masón, que defendió a la legalidad republicana durante los dos golpes de Estado de la II República, tanto en el de 1934 (el encabezado por el PSOE) como en el de 1936.

Pero Zapatero también tuvo otro abuelo, al que sí conoció. Se llamaba Faustino Zapatero Ballesteros y fue pediatra. Antes, durante la Guerra Civil, había luchado con el bando "nacional" y durante la dictadura franquista, a lo que parece, disfrutó de un acomodado estatus social. No se trata de recordar los antecedentes políticos de los familiares de tantos y tantos políticos de este país. Se trata solamente, ahora que parece que la Ley de la Memoria Histórica que el PSOE ha estado pactando con comunistas (o postcomunistas) y nacionalistas antiespañoles ha sufrido un arreón por motivos electoralistas, de recordar nuestra inevitable realidad... que cuando algunos se empeñan en separar a buenos y malos olvidan que unos y otros eran, nada más y nada menos, la mitad de todos, todos los españoles de entonces.

11/10/07

CCOO denuncia que la contratación de inmigrantes ha tirado los salarios a la baja

El sueldo real de los trabajadores descendió en los últimos años entre un 0,3% y un 0,5% El salario medio real aumentó en España un 1,9% anual en el periodo 1990-1995 y disminuyó entre 1995–2000 y 2000–2005 un 0,5% y un 0,3% respectivamente.

Según un informe realizado por el gabinete técnico confederal de CCOO, el estancamiento del salario medio real que se ha producido desde el año 2000 se debe, entre otras razones, al tirón a la baja que ha supuesto «la política de inmigración», que, en opinión del sindicato que lidera José María Fidalgo, «anima la entrada de trabajadores extranjeros sin derechos laborales para abastecer los requerimientos de mano de obra barata que precisa este modelo de crecimiento».

Para CCOO, esta situación es consecuencia del aumento del peso de los puestos de trabajo poco productivos (y poco remunerados) en la composición del empleo asalariado, al tiempo que ha mejorado el poder adquisitivo de los salarios percibidos por la mayoría de los trabajadores cubiertos por la negociación colectiva.

Para este sindicato, el estancamiento del salario medio real se debe a la apuesta de la inversión privada por un modelo de crecimiento basado en los sectores menos productivos (construcción y servicios), que generan un importante volumen de puestos de trabajo precarios, sin requerimientos profesionales, mal remunerados y muy vulnerables ante cambios del ciclo productivo.

CCOO denuncia que este modelo se ha fomentado activamente por los poderes públicos desde mediados de los años 90 y, sobre todo, a partir del año 2000. «Así, a lo largo de este periodo no se ha adoptado desde el sector público ninguna medida dirigida a contener el alza de los precios de la vivienda», uno de los motores del crecimiento del consumo y la inversión.

En esta misma dirección, el informe precisa que «la política de inmigración anima la entrada de trabajadores extranjeros sin derechos laborales para abastecer los requerimientos de mano de obra barata que precisa este modelo de crecimiento».

Para este sindicato, «una parte del aumento de los beneficios empresariales se explica por el alza del precio de la vivienda y el abaratamiento de los costes laborales que facilita el fomento gubernamental de la entrada de importantes contingentes de mano de obra inmigrante, en su mayoría sin derechos». Así, destaca el informe, «los beneficios de la construcción aumentan a una tasa media anual del 20% entre 2000–2006, muy por encima de la ya elevada tasa del 12% que se registró en el periodo 1996–2000».

El estudio subraya que los beneficios empresariales aumentan por encima de la remuneración de los asalariados, lo cual hace que, ésta última pierda peso sobre la renta nacional. «En la construcción», se precisa, «el beneficio crece anualmente 8,5 puntos porcentuales por encima de la renta en el periodo 2000–2006, mientras que entre 1996–2000 la diferencia era de 1,6 puntos anuales». El informe concluye que desde 2000 la estructura del empleo «bascula a favor de las ocupaciones menos cualificadas».

Fuente: El Mundo, 1 oct. 2007

Apostilla: Cuando algunos se preguntan qué aviesas razones se esconden detrás de un sistema educativo tan nefasto como el que sufren las jóvenes generaciones de españoles (y extranjeros residentes legal o ilegalmente)... algunos apuntamos al modelo socioeconómico que las oligarquías indígenas decidieron allá por los 80. Recordemos que la LOGSE entró en vigor en la primera mitad de los años 90, ¿casualidad que coincidiera con la apuesta por este modelo productivo que denuncia CCOO?

Los sindicatos controlan ya un patrimonio de 40.000 millones de euros en fondos de pensiones

El teatro bursátil tiene un nuevo protagonista: las centrales sindicales, que si hasta hace pocos años tenían una presencia irrelevante en el mercado de la renta variable, en estos momentos ocupan un papel cada vez más importante. Hasta el punto de que manejan actualmente cerca del 0,5% de la capitalización total de la renta variable española, que en agosto (último dato publicado por la Bolsa de Madrid) ascendía a 1,2 billones de euros, prácticamente el PIB de España previsto para 2008.

En concreto, y según las cifras que maneja CCOO (datos cerrados a 2006), el patrimonio total de los fondos de pensiones (con 1,7 millones de partícipes) equivale ya a 29.992 millones de euros, a los que hay que añadir 3.125 millones de euros que corresponden al patrimonio en poder de las mutualidades de previsión social y otros 7.569 millones gestionados a través de las entidades de previsión social voluntaria de empleo. En total, 40.686 millones de euros son controlados directamente por los sindicatos a través de las comisiones de control de los planes de pensiones.

De esos 40.000 millones de euros, algo más del 14% está invertido en renta variable. Es decir, unos 5.600 millones de euros que vienen a representar prácticamente el 0,5% de la capitalización de la renta variable española, una de las primeras del mundo.

¿Y en qué otros activos invierten los sindicatos? Pues según datos de Inverco, la mayor parte -el 48%- se dirige a emisiones de renta fija, mientras que otro 13,8% se invierte en renta variable internacional en busca de una rentabilidad mayor. El 11,5% es depositado en otros activos distintos a la renta fija o variable (materias primas o inmuebles) y un 12,2% se mantiene líquido en tesorería.

Cinco fondos con más de 1.000 millones de patrimonio
Como dice Carlos Bravo, responsable confederal de planes y fondos de pensiones de CCOO, aunque el patrimonio que manejan hoy los sindicatos españoles es sensiblemente inferior al que está en manos de la gran mayoría de las centrales europeas, lo cierto es que en las grandes empresas españoles ya se ha formado una masa patrimonial verdaderamente relevante.

El mayor fondo de pensiones de España controlado por los sindicatos es el de los empleados de Telefónica, con un patrimonio (a 30 de junio) equivalente a 4.557 millones de euros. A continuación, se encuentra el fondo suscrito por los trabajadores de La Caixa (3.931 millones de euros) y el de BBVA (2.614 millones). El cuarto fondo es el que forman los empleados de Endesa, con un patrimonio de 2.331 millones de euros. El último de los fondos que maneja más de 1.000 millones de euros es el creado por los trabajadores de la eléctrica Iberdrola: 1.043 millones de euros.

La importancia económica de los planes de pensiones complementarios a la Seguridad Social (en algunos países es obligatorio que el trabajador y/o el empresario haga aportaciones) es todavía mayor si se tiene en cuenta que las aseguradoras han hecho provisiones matemáticas por valor de 31.000 millones de euros en seguros colectivos. En este caso, no se trata en sentido estricto de un patrimonio, ya que el beneficiario o sus herederos sólo tienen derecho a su percepción en caso de una contingencia predeterminada: invalidez o fallecimiento.

Según el responsable de pensiones de CCOO, por el momento no se puede hablar de que haya una estrategia común de los fondos de pensiones españoles. Cada comisión de control se encarga de identificar el destino de las inversiones, siempre con criterios estrictamente económicos y nunca sindicales. “Los fondos de pensiones no pueden ser una herramienta de presión en la negociación colectiva”, asegura Bravo, quien al mismo tiempo destaca que tampoco deber perder su perspectiva social. Y en este sentido, CCOO está preparando un documento que distribuirá entre las comisiones de control para que se invierta en empresas socialmente responsables.

Con este objetivo, CCOO ha impulsado una campaña destinada a que el ejercicio del derecho de voto no sea delegado en las entidades gestoras (técnicos profesionales), sino que sean las propias comisiones de control las que expongan su postura en las asambleas de accionistas. En palabras de Bravo, se trata de “orientar desde el sindicato el voto no solo con criterios financieros sino de cumplimiento de criterios de Buen Gobierno”.

Fuente: elconfidencial.com

Apostilla: ¿cuál es el papel actual de los sindicatos? (pregunta retórica, of course).

El FMI reconoce que la globalización ha aumentado las desigualdades

El Fondo Monetario Internacional ha afirmado que los avances tecnológicos y la inversión extranjera han agravado las diferencias de renta per cápita a nivel global, otorgando a los críticos de la globalización un poderoso argumento para sus batallas políticas nacionales. El nuevo estudio del organismo internacional, contenido en su informe semestral Previsión Económica Mundial, indica que la desigualdad de ingresos ha aumentado durante las últimas dos décadas en los países en desarrollo de Asia, en las economías de mercados emergentes de Europa, en América Latina y en las economías avanzadas. Al mismo tiempo, la brecha se ha reducido en África subsahariana y en la Comunidad de Estados Independientes.

Los avances tecnológicos son el factor que más ha contribuido al aumento de la desigualdad desde principios de los años ochenta, tanto en los países avanzados como en las economías en desarrollo, porque la nueva tecnología incrementa la prima por nivel de cualificación y reemplaza a los trabajadores relativamente poco cualificados. La globalización comercial y financiera –y, en particular, la inversión extranjera directa- también ha provocado un incremento en las diferencias de renta, según el estudio, que vincula el avance de la integración comercial (y el aumento de las importaciones provenientes de países subdesarrollados) a una reducción de las desigualdades de ingresos en las economías avanzadas.

El informe supone, según el diario económico estadounidense The Wall Street Journal, un inusual reconocimiento por parte del FMI de los aspectos negativos de la globalización y confirma las conclusiones de aquellos economistas que han intentado explicar por qué las desigualdades de renta han aumentado tanto en los países ricos como en los subdesarrollados durante las últimas dos décadas.

Desde los años ochenta, el FMI ha presionado a los países para que se abran a la inversión extranjera, a la tecnología y al libre comercio, señalando estos factores como el camino hacia el crecimiento económico y canalizando sus créditos hacia aquellos estados que seguían su consejo. Según la teoría económica, incrementar el comercio y la inversión debería provocar una disminución de la desigualdad de renta en los países subdesarrollados. Al desplazarse, por ejemplo, los empleos poco cualificados desde Estados Unidos hacia México y otros países en desarrollo, la demanda de trabajadores de bajos ingresos aumentaría paulatinamente en estos países –al igual que sus salarios- en comparación con la de trabajadores cualificados. A nivel global, las desigualdades de renta serían cosa del pasado.

Una barrera a la liberalización del comercio
Los hechos han demostrado lo contrario. Desde que los países latinoamericanos, africanos, asiáticos y de Europa del Este comenzaron a liberalizar sus economías, la brecha entre ricos y pobres se ha incrementado, según el informe. Cuando se comprobó que las economías que habían seguido la receta del FMI no crecían al ritmo previsto, surgió una violenta reacción antiglobalización y contra el organismo en todo el mundo, especialmente en África y América Latina. Hoy en día, el movimiento antiglobalización, extendido por EEUU, Europa y ciertas zonas de Asia, pretende formar una barrera política frente a una mayor liberalización del comercio, de las inversiones y de la migración de trabajadores, según el WSJ.

Tras la publicación del estudio, Subir Lall, subdirector de investigación del FMI, ha declarado que éste no tiene ninguna intencionalidad política. Lall añadió que, en términos globales, la riqueza se ha incrementado a través de la globalización. No obstante, en la mayor parte de los países la llegada de trabajadores de bajos ingresos ha aumentado desde los años ochenta pero a un ritmo menor que la llegada de trabajadores cualificados. La lección política, según Lall, es que es necesario aumentar la inversión en educación. “Ello permitiría a grupos no cualificados y de bajos ingresos sacar provecho” de la tecnología y la globalización, señala el informe.

Fuente:
http://www.cotizalia.com/cache/2007/10/11/82_reconoce_globalizacion_aumentado_desigualdades.html

Apostilla: habrá que enterarse de lo que responden los liberal-capitalistas-globalizantes a esta evidencia.

19/6/07

Españoladas

Hace unas semanas se supo que como los deportistas de éxito españoles sentían envidia de sus competidores cuando cantaban sus respectivos himnos nacionales, el COE inició una campaña para convencer de la necesidad de añadirle letra a la Marcha Real. Además, entre los tertulianos se arguye que no mola eso de tararear la musiquilla en los acontecimientos deportivos. Incluso algunos políticos han sugerido que dicha letra debería ser moderna y un fiel reflejo de la España actual. Mejor que no. Mejor que lo dejen como está si las razones que se esgrimen son de tal miseria. Un repaso a los himnos de países que podrían servir de modelo pone los pelos de punta a toda la casta políticamente correcta destepaís porque rezuman patriotismo e, incluso, violencia poética. Y siendo así, optarían por todo lo contrario. Mejor que se quede como está. ¿Es que nadie se ha parado a pensar que a lo mejor, la manera más respetuosa de escuchar nuestro himno nacional es en silencio, dignamente de pie y sin tararearlo?

Más. Acaban de regresar dos jóvenes prototípicos españoles tras pasar, dicen, un calvario en Letonia. Y todo porque a las autoridades letonas les pareció un ultraje a sus símbolos patrios que una pandilla de descerebrados (porque los dos españoles iban con otros más portugueses) se encapricharan por arrancar unas banderolas que pendían en una calle de Riga. A nuestros imbéciles compatriotas no se les pasó por las mientes que muchas de las tropelías que en España son moneda corriente no son permitidas en otros países, aparentemente, más serios. Que el "no pasa nada", el "prohibido prohibir" o el "todo vale" de estos pagos no tienen traducción a otros idiomas y que ultrajar una bandera nacional es eso, un delito. Algo tendrá que ver con la avería de esta juventud el que España sea el país donde más cocaína per cápita se consume (datos de la DEA yanqui).

Ha sido una gozada contemplar la plaza de toros de Barcelona llena a reventar en un espectáculo tan nuestro como una corrida de toros. Y no sólo por el acontecimiento en sí (para los taurinos la reaparición de José Tomás), sino por su carga simbólica de bombazo contras las esencias mismas del nacionalismo catalán antiespañol. Todo un capricho. A muchos, la llamada fiesta nacional nos deja indiferentes en tanto que espectáculo. Pero frente a todas las pandillas antitaurinas, somos los primeros en defenderla.

13/6/07

¡Viva los veintisiete de Lizarza!

Algunos no salimos de nuestro asombro cuando oímos que el PP es quien defiende mejor los intereses de la Nación española. Durante la campaña supimos que la alcaldesa pepera saliente de Vigo defendía el indulto para un asesino convicto de los GRAPO sin la menor señal de arrepentimiento. También supimos que en Baleares, Matas había fichado a una escritora pancatalanista como reclamo publicitario. Y ahora tras las elecciones, los jerarcas del PP se empeñan en seguir asombrándonos. En Sestao se han decidido por apoyar al PNV con tal de echar de la alcaldía al PSE. En Galicia, Núñez Feijóo está dispuesto a acordar con el BNG las alcaldías de Vigo y Orense.

Pero más importaten aún es lo que ya supimos hace un tiempo, cuando Rajoy propuso incluir en su programa electoral la recuperación por el Estado central de competencias cedidas a las comunidades autonómicas, sus barones fueron los primeros en decirle que ni por asomo. No contentos con ello, los consejeros de Finanzas de estos reyezuelos defienden una revisión inmediata del modelo de financiación nacional en el sentido de una cesión mayor del porcentaje del IRPF y el IVA. El propio Arias Cañete se ha mostrado de acuerdo con lo recogido en el Estatuto de Cataluña para que pase del 33-35% al 50%. Y la razón esgrimida es el desequilibrio en los recursos necesarios para afrontar el «inesperado fenómeno de la inmigración».

Un consuelo. Más allá de esta podredumbre, si hay localidades de España en el que el voto al PP alberga de manera sincera y valiente un sentimiento españolista es en las provincias vascas y Navarra, y más concretamente en su territorio comanche. ¡Qué coraje han demostrado esos votantes en Lizarza, Segura, Elduayen, Amézqueta, Ormáiztegui, Zaldivia, Orendáin, Villafranca de Ordicia, Salinas de Léniz, Idiazábal, Gaínza, Beasáin, Leiza...!

12/6/07

¿Navarrismos? No, gracias

En las pasadas elecciones del 27 de mayo, Navarra fue un campo de batalla. El PSOE sabía de las posibilidades de desbancar a UPN-PP y jugó sus cartas, entre las que estaban la ilegalización selectiva de las candidaturas etarras, en beneficio de sus alianzas post-electorales. Al quite, el PP tocó arrebato en defensa del navarrismo y su españolidad. El presidente Miguel Sanz, entre iluso y bobo de solemnidad, aseguró que el mismísimo Juan Carlos de Borbón era el mejor garante de la españolidad de Navarra… jua, jua, jua. Y mientras la portavocía constitucionalista ensalzaba a Navarra como las Termópilas de España, entre medias, nadie denunciaba lo obvio, que la hipotética anexión de Navarra a las tres provincias vascas (o viceversa, según sean las preferencias) es una posibilidad legal que ampara la mismísima Constitución. Los navarros de sentimiento español deberían abrir los ojos antes de ofrecerse como figurantes para escenografías callejeras.

Pescando en río revuelto los independentistas de Nafarroa Bai, la excrecencia progre del navarrismo histórico. Éste, que ha estado presente en en el tradicionalismo y, desgraciadamente, en el liberalismo navarro, se fundamenta en un historicismo: nada más y nada menos que en la existencia de un pretendidamente Estado vasconavarro en el Medievo, cuyo rey más ilustre sería Sancho Garcés III el Mayor, un tipo que reinó a caballo de los siglos X y XI. Pachi Zabaleta y los suyos (entre los que están los aranistas del PNV), en una demostración palmaria de hasta qué punto la disputa política oficial destepaís se fundamenta en manipulaciones semánticas de una masa de súbditos iletrados e ignorantes, son bendecidos como el colmo del progresismo por los medios afines a Ferraz. Este personaje, ex batasuno, vive convencido de que Navarra es todavía una colonia española desde que el gran Fernando el Católico la incorporó a la monarquía española en 1512, o que ya los reyes medievales navarros creían en Euskalherría, sea lo que sea esta entelequia. Si al final, y de momento, no hay alianza entre Zapatero y Zabaleta es a causa de ETA. Su fin del “cese de hostilidades” ha pospuesto el siguiente capítulo de la historia de Navarra.

En definitiva y como conclusión de provecho, Zapatero y Rajoy comparten un principio falso para los españolistas democráticos: «Navarra será lo que los navarros decidan». No. La afirmación de cualquier aspirante a dirigente de nuestra nación debería ser que en tanto que parte de España, Navarra será lo que los españoles quieran.

5/6/07

De la moral de Aznar y otros varios

Algunos estamos convencidos de que los problemas que asolan a España son mucho más profundos de los que lucen en el escaparate mediático. Por ejemplo respecto a la Educación nacional, cuyas hondísimas fallas no tienen solución en el actual marco ideológico. Pero de esto hablaremos otro día.

La pasada campaña electoral en Madrid se tiñó de amarillismo cuando Miguel Sebastián desveló en un debate la condición adúltera de Ruiz-Gallardón. La reacción fue inmediata: aunque defensores y adversarios del alcalde madrileño coincidieron en argüir que la vida privada de un político debe preservarse de la opinión pública, los primeros guardaron silencio ante tamaña bajeza psocialista mientras los segundos se regodeaban en el barro, hablando sin hablar; difama, difama... que algo queda. Juegos de cama de la oligarquía partitocrática.

Algunos, por contra, creemos como Plutarco que a la mujer de César no le basta con ser honrada, sino que, además, tiene que parecerlo. Y no, no confundimos esfera privada (dominium) y esfera pública (imperium), fundamento de la política democrática. Los ciudadanos de una democracia deben saber cuáles son los valores morales por los que se rigen los aspirantes y detentadores actuales del poder público. Los ciudadanos deben saber que, por ejemplo, que el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, es un individuo condenado por maltratar físicamente a su mujer. Es un imperativo para una democracia sana. La defensa de la privacidad de lo personal y familiar no puede ser una coartada para la hipocresía y la doble moral.

Pero lo dicho es peccata minuta ante la inmoralidad que el gurú de la derecha española, José María Aznar, manifiesta día tras día. Se ha propuesto hacerse rico a costa de su condición de ex presidente del Gobierno. La verdad es que su incontinencia verbal o su condición de reconocido magister en universidades yanquis tiene su gracia... allá quienes vayan a escucharle. Pero lo deleznable es la colección de consejerías que se afana en acumular. El bigote más famoso de la liberalismo derechista destepaís renunció hace unos meses a su condición de miembro del Consejo de Estado para convertirse en asesor del magnate de la prensa mundial Rupert Murdoch, al tiempo que viajaba a ese nuevo paraíso del capitalismo desbocado que es Rusia para mediar ante los oligarcas gasistas de aquel país. Su última muesca se la ha cobrado al convertirse en asesor de uno de esos tiburones capitalistas, un fondo de capital riesgo especializado en pelotazos inmundos, llamado Centaurus Capital y que atesora una de las peores famas del mundillo. Un espejo modélico y un anhelo que imitar, pensarán seguramente, la tropa no menos inmunda de los Sebastián, Arenillas y señora, Taguas, etc. Son los réditos personales de aquella impagable foto de las Azores.

1/6/07

Soberanistas e independentistas

De las pasadas elecciones generales, y más allá de discutir sobre cuál de las dos patas de la partitocracia bipartidista ha vencido, es necesario advertir de lo que se avecina. Nos van a hacer distinguir a los nacionalistas antiespañoles entre soberanistas e independentistas. Los primeros son los que llevan un tiempo viéndole las orejas al lobo "rojo" en sus propios reinos de taifa, vamos, los que hasta eran los "nacionalistas moderados". En Cataluña, CiU, sufrió en sus carnes la gran coalición del Tripartito que le echó de sus poltronas. Y en las provincias vascas, el PNV husmea lo que le puede venir de continuar el acercamiento de ETA-Batasuna y el PSE. Para ésto sólo queda un obstáculo, el abandono de las armas de ETA... y todo parece indicar que esta hoja de ruta ya está firmada entre ZP y Josu Ternera.

Durán i Lleida e Imaz han tomado conciencia de que al PSOE sólo le mueve una cosa: asirse al poder. Y para ello sólo sabe atacar a la derecha, no importándole que sus aliados sean soberanistas o independentistas. A los psocialistas les es completamente ajena cualquier concepción nacional de España y sólo la violencia de ETA les impide formar coaliciones con Batasuna. Así las cosas, Imaz y Durán le piden al PP su moderación con objeto de allanar el camino de futuros entendimientos. Saben que en breve tiempo, Rajoy los necesitará. Ya Aznar supo entenderse con Pujol y Arzallus. Y Aguirre, la esperanza blanca de esa derecha liberal y españolista de los Jiménez Losantos ya ha mandado sus mejores deseos a Bilbao y Barcelona.

Independientemente del resultado de las próximas elecciones generales, quienes seguro que salen ganando serán los nacionalistas antiespañoles, soberanistas o independentistas, y quienes saldremos perdiendo seremos todos los patriotas españoles.
Un peldaño más en nuestro particular descenso a los infiernos.

24/5/07

¡Muera el 14 de abril!

Con ocasión de la conmemoración del último 14 de abril volvieron a salir a la calle, con ese carácter vacuo-festivo propio de la “progresíadestepaís”, quienes dicen reivindicar el republicanismo hoy. Se trata de apariciones fantasmagóricas a medio camino entre la nostalgia y el oportunismo de la degenerativa IU y su PCE. Resulta patético leer cómo los dirigentes comunistas, ahora que se les van muriendo los viejos afiliados, apelan a ciertas querencias republicanas que dicen percibir entre la juventud española. Y es que libran una carrera contra su inevitable arrinconamiento en el baúl de la historia. Piensan que desdiciéndose de su acatamiento del orden monárquico en la Transición y saliendo a la calle con la tricolor van a enganchar a alguien sano. Las imágenes son demoledoras, la bandera tricolor que un día fue la nacional de España es mera coartada visual en un pútrido cenagal de insignias a las que el poderoso odio contra nuestra nación une.

Pero es que ni siquiera reivindican a la fenecida II República. En aquella constitución se definía al Estado republicano como integral compatible con la autonomía de regiones, y no se reconocía nada parecido a las nacionalidades, naciones, realidades nacionales o como les quieran llamar. Retorciendo un poco más la historia, este republicanismo carnavalesco no duda en aparecer como una versión actualizada del cantonalismo decimonónico en estrecha alianza con los nacionalismos antiespañoles. Llegan tarde a todo. Reivindican un federalismo republicano cuando el actual Estado de las Autonomías es un Estado federal de facto. La república que IU y sus comparsas proponen como el colmo progresista no es más que una confederación de republicas étnicas. Su única diferencia con el actual régimen es el carácter electivo del jefe del Estado y la implantación del mal digerido “derecho de autodeterminación” por parte de unas etnias, viejas, nuevas o futuras.

Es hora de que los republicanos de corazón y razón que aún quedan, a los que esa mercancía caducada les encrespa, constaten que en la actual coyuntura nacional, el republicanismo por sí solo no es una idea-fuerza. Deben darse cuenta de que el futuro del republicanismo pasa por su fusión plena con el naciente patriotismo español. Constatado está que el actual régimen monárquico ha sellado un pacto de futuro con las fuerzas partitocráticas empeñadas en acometer una segunda transición que descomponga España en una confederación de taifas entregadas a reyezuelos etnicistas. Deben apreciar que en el momento que la ciudadanía decida apostar por nuestra centenaria nación sólo lo podrá hacer por la senda del republicanismo, por la de la III República española. Una república española que vertebre con goznes de titanio a la nación política, comunidad democrática de ciudadanos. Y que frente a la de los de la pachanga de cada 14 de abril sólo podrá ser unitaria y presidencialista.

21/5/07

De fueros y privilegios

Desde la Transición, es un lugar común en la casta política y en gran parte de la meliflua sociedad civil española la creencia de que satisfaciendo las necesidades de los nacionalistas antiespañoles llegará un día que se saciarán. ¿A qué se debe este convencimiento cuando basta recordar los objetivos declarados de estos movimientos políticos para saber que no será así? Los más críticos de estos melifluos denuncian, de vez en cuando, esa insaciable capacidad de reivindicación, de generar pleitos innecesarios. Deben desconocer la fábula de la rana y el escorpión.

En la actualidad, el PNV exige blindar el concierto económico vasco dándole tratamiento de leyes a sus normas tributarias. Para ello cuentan con la predisposición de Zapatero o con la necesidad futura de apoyos parlamentarios de Rajoy. Conclusión: se saldrán con la suya… y a por la siguiente estación de su viaje actual, la consolidación de una relación bilateral, de tú a tú, entre el Estado español y su paraEstado autonómico, hacia la confederalización.

Hoy, en su patria, el jacobinismo es identificado como un valor fundador de la república por todos, y así que ha pasado a ser tenido por un valor transversal. Es aceptado por todos los demócratas a derecha e izquierda como un bien común de todos los franceses, un patrimonio sobre el que asienta la identidad política francesa. Aquí, como no podía ser de otra manera, es empleado como descalificativo por compatriotas y enemigos de nuestra patria.

De aquellos tres principios definidores de la Revolución Francesa, el de igualdad es el que está en la base de la democracia jacobina, traducido en el principio de uniformidad política. Los jacobinos queremos que todos los ciudadanos sean igualmente españoles más allá de las especificidades localistas. Para ello es necesaria la homogeneidad política: una única cámara depositaria de la soberanía popular. Y al servicio de este propósito político la oficialidad de una única lengua común a todos los españoles, una realidad cultural creadora de fraternidad que se transforma en patriotismo.

La pervivencia de privilegios fiscales es imposible en la república jacobina. Esos privilegios son repulsivos tanto si son utilizados como arietes contra la casa común de todos los españoles o como si son esgrimidos como baluartes frente a los propósitos imperialistas del nacionalismo antiespañol. Que nadie se engañe.

17/5/07

El presente de las clases medias trabajadoras (II)

Como complemento a nuestro anterior artículo, cuatro puntos:

1º) El 77% de la solidaridad fiscal recae en los asalariados. ¿Qué significa esto? Sabido es que las rentas del trabajo pagan más a Hacienda que las rentas procedentes del capital (rentistas) o las generadas por actividades profesionales o empresariales. El estudio en cuestión (elaborado por el Instituto de Estudios Fiscales dependiente del Ministerio de Economía) lo que hacía era cuantificar estas aportaciones.

La solidaridad fiscal es la capacidad para redistribuir la renta nacional entre los ciudadanos. Así, y teniendo en cuenta que los salarios generan casi el 82% de la cuota líquida del IRPF, el estudio concluía que esa capacidad de redistribución de las rentas mediante el IRPF recaía en un 77% en los asalariados. El resto, lo aportan los rentistas, los profesionales liberales y los empresarios.


2º) Por otro lado, conviene apuntar cómo se desglosan los 186.572 millones de euros que el Estado prevé recaudar en el actual ejercicio (Presupuestos Generales de 2007) como ingresos impositivos: el IRPF aporta el 33% (31.950), el IVA significa el 31% (57.910), el impuesto de sociedades el 22% (41.641), los impuestos especiales el 10% (19.020). El restante 3% aparece bajo el epígrafe de "otros".


3º) A continuación se reproduce otro esclarecedor artículo sobre la realidad económica en la que viven las clases medias trabajadoras españolas. Se titula "El injusto reparto del crecimiento" y fue publicado en El Mundo (21/07/2006) por Roberto Centeno, catedrático de Economía de la Universidad Politécnica de Madrid.

«Dos de las consecuencias mas importantes de la falta de política económica del gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero han sido la práctica ausencia de medidas que corrigieran la insostenible marcha de la economía e hicieran posible un aterrizaje suave, y más importante aún, aunque menos conocida, el cambio radical en el reparto del crecimiento o, si se prefiere, en el reparto de la tarta que constituye la renta nacional, a favor del capital y de los impuestos y en contra de las rentas salariales. Un cambio en la distribución primaria de la renta que se agrava todavía más en su distribución final, como consecuencia de una política fiscal que penaliza a las rentas medias y bajas y al ahorro de las familias, muy por encima de la media tanto de la UE como de la OCDE.

Empezando por la segunda, el PIB de un país puede medirse de tres formas diferentes: la primera, a partir del gasto total; la segunda, a partir de la producción total y, la tercera, a partir de las rentas recibidas por los propietarios de los factores productivos. Esta última nos mide precisamente cómo se distribuye la tarta constituida por la riqueza nacional entre el trabajo -rentas salariales- el capital -excedente de explotación- y el Estado -impuestos indirectos y de importación-.

Esta distribución primaria de la renta es un elemento esencial para evaluar la forma en que los asalariados -es decir la clase media y la clase trabajadora- se benefician del crecimiento, ya que una cosa es que la economía crezca y otra muy diferente cómo se reparte dicho crecimiento. Y en un régimen que se denomina a sí mismo socialista, habría que esperar que la parte de la tarta correspondiente al trabajo creciera, y ello no sólo en términos absolutos, sino también y particularmente en términos relativos.

Pues bien, nada más lejos de la realidad. El Gobierno de Zapatero, de manera muy similar a lo ocurrido con el reparto del crecimiento en Alemania en los años 30, se ha volcado a favor del capital y de los impuestos y en contra del trabajo, y, aunque como sucedió en la Alemania, todos han mejorado, el reparto de la riqueza creada se ha hecho y se sigue haciendo de forma absolutamente desigual.

Así, mientras que en el segundo trimestre de 2004, el último bajo Gobierno o con el impulso del PP, las rentas salariales representaban el 48,21% del PIB, el primer trimestre de 2006, después de dos años de Gobierno de Zapatero -que no socialista-, ésta cifra se ha reducido al 45,30%, es decir, las rentas del trabajo han perdido casi tres puntos de PIB, lo que representa una cifra enorme. Esto no ha ocurrido en ningún otro país de la UE.

Para ponerlo en términos mas comprensibles y a nivel individual: si la distribución primaria de la renta fuera hoy la misma que a principios del 2004, los asalariados ingresarían éste año 28.000 millones de euros mas de lo que recibirán, lo que representa unos 1.450 euros por asalariado y año menos que con el reparto de la riqueza nacional en la época del PP.

¿De qué sirven las medidas puramente demagógicas de Zapatero dedicando poco más de 1.000 millones de euros a elevar el salario mínimo, o los 1.500 millones que el Gobierno regalará para subvencionar contratos indefinidos de una sola vez, si cada año está restando 28.000 millones de euros a los asalariados y sumándolos al excedente bruto de explotación y la fiscalidad indirecta, la mas perjudicial para los trabajadores? Es, por tanto, una muestra de cinismo político que con la aplicación de ésta política de distribución de rentas se autodenomine sin asomo de rubor «patriota social». El tema empeora aceleradamente, ya que tanto el excedente bruto de explotación como los impuestos, están creciendo a una tasa un 50% superior a la remuneración de los asalariados.

Pero esto es sólo la distribución primaria, la distribución final, es decir, lo que resulta después de pagar los impuestos directos sobre la renta y sobre el ahorro de las familias, es todavía mucho más preocupante. Así, la fiscalidad sobre los asalariados en España, según el último informe de la OCDE, que recae sobre el trabajo resulta muy superior a la que soportan el resto de los factores productivos, y superior también a la media tanto de la OCDE como de la UE. En concreto, la presión fiscal sobre un trabajador que ganara justo el sueldo medio, casado y con dos hijos, medido como el porcentaje que representan los impuestos directos sobre las rentas salariales más las cotizaciones sociales, es del 50,2%, frente al 46,2% para la media de la UE, todo un ejemplo de política socialista.

Y por si esto fuera poco, la minirreforma fiscal de Solbes incrementa la presión fiscal sobre las clases medias, porque entre otras cosas no se tiene en cuenta el enorme efecto de la inflación, y se penaliza seriamente el ahorro de las familias. ¿Cómo pueden luego aducir como mérito que sube la recaudación?

Curiosamente, ante la política económica más antisocial no sólo de la democracia sino de la España contemporánea, pues aparte de lo ya señalado, nuestro crecimiento y nuestro nivel salarial relativos a la UE de los 15, son un 4% inferiores a la media europea del PIB «per cápita», mientras que los salarios son un 15% inferiores.

Y en estas circunstancias llega el 1 de Mayo ¿y qué dicen los sindicatos y sus dirigentes, Méndez y Fidalgo? Pues nada, ni pío del hecho económico más importante para la clase trabajadora en decenios, como es el injusto reparto del crecimiento, y una política fiscal que discrimina fuertemente al trabajo respecto al resto de los factores productivos, todo lo cual está incrementando la diferencia económica existente entre las clases media y trabajadora y las clases mas ricas. Por el contrario, con una miseria moral y un sectarismo fuera de lo común, los sindicatos se dedican a glorificar la II República, el periodo más negro y más sangriento de nuestra Historia. Esta no es manera de representar a los trabajadores.

Y respecto al primer tema tocado, la insostenibilidad de nuestro crecimiento, conviene destacar dos opiniones recientes sobre nuestra realidad económica, tanto por su impacto internacional como por la significación empresarial de quienes las formulan. El primero ha sido un análisis publicado por la mayor agencia de noticias, comentarios y evaluaciones económicas mundial como es Bloomberg, cuyo título es, por sí solo, realmente demoledor: «La explosión del espejismo español dañará al resto de Europa», y sus conclusiones clave son las siguientes:

a) «El crecimiento español es insostenible».
b) «Los desbalances han alcanzado tal magnitud que el aterrizaje suave es imposible», afirmación que además se realiza en base a datos ya superados por la realidad, un 8,9% de déficit exterior, que hoy supera ya el 10% del PIB, y con una tasa de inflación del 4,3%, medida por el deflactor del PIB.
c) El problema ya «no se arregla con una política fiscal restrictiva», algo que el Gobierno tampoco está haciendo. La afirmación de los analistas de Bloomberg es que, para «volver al equilibrio, la economía española necesitará un largo periodo de lento crecimiento, desempleo creciente y demanda deprimida». Éste será, sin duda, el desastroso legado económico del Gobierno de Zapatero a España y a los españoles.
d) «Cuando la economía española entre en recesión, las empresas que han invertido fuertemente en el exterior van a tener serios problemas. Algunas pueden no sobrevivir».
e) «El problema español será también un problema para el resto de Europa, por la dimensión de la economía española, y arreglar este desastre puede llevar años».

El desencadenante más probable de la crisis será la subida de tipos de interés y la reducción consiguiente de la liquidez, algo que puede ser más rápido y profundo de lo que se piensa, pues una mayoría de consejeros del BCE aboga por una política mas agresiva en materia de tipos. Una crisis, además, que en contra de lo que ingenuamente se piensa, afectará esencialmente a los trabajadores españoles, que están perdiendo el empleo en mucho mayor número que los extranjeros. Concretamente, en el último trimestre 2005, por cada extranjero que perdió su trabajo, lo perdieron también nueve españoles, y aunque la cifra de un trimestre no es extrapolable, es una clara indicación de quiénes van a llevar la peor parte en cuanto se produzca el cambio de ciclo.

Para desgracia del Gobierno, la opinión de Bloomberg no es la opinión de una personalidad económica, ni siquiera la de la Comisión Europea, que por cierto, es análoga, es una opinión que está hoy encima de la mesa de todos los responsables mundiales de inversión, y que influye extraordinariamente en los comportamientos de los inversores institucionales, y, desde luego, no va a favorecer precisamente las inversiones directas del exterior, ya casi desaparecidas.

Finalmente, y en una línea de pesimismo parecido, pero referido en este caso a las desastrosas consecuencias del modelo autonómico sobre la inversión, se ha conocido la opinión de los responsables en España de las grandes multinacionales, opinión expresada durante sus comparecencias en la Comisión del Congreso para analizar el problema de la deslocalización industrial.

La multinacionales han arremetido contra la gestión económica de las autonomías, denunciando los obstáculos y las barreras internas que tienen ante la disparidad normativa de las regiones. «El debate estatutario no se entiende en Estados Unidos», ha afirmado el vicepresidente de Hewlett Packard; debates como el del «Estatuto de Cataluña no ayudan a transmitir una imagen estable de España». El vicepresidente mundial de Siemens AG es más rotundo y afirma: «En España hay mas barreras interiores que en la UE», muchas veces «lo que hago es no fabricar porque no me vale la pena». Y así sucesivamente. Termino con una afirmación suya de extraordinario calado y gravedad: «Pensad que a los que están en los centros de decisión [de las multinacionales], España [la de Zapatero] les molesta y sólo les falta que les demos motivos para mandarnos a hacer puñetas».

Este es el panorama económico de la España social de Zapatero: un vuelco en la distribución primaria de la renta a favor del capital y de los impuestos y en contra del trabajo, un incremento de la presión fiscal sobre las rentas salariales, un vergonzante silencio de los sindicatos ante el hecho económico más trascendente para la clase trabajadora desde los años 60 y una crisis en puertas, la cual, una vez producida, dará lugar a un periodo de «lento crecimiento, desempleo creciente y demanda deprimida». Crisis económica que acelerará, además, la desmembración de España, puesta en marcha por la traición de un presidente a su patria, a sus electores y a todos los españoles.»


4º) Y si esta es la situación de las clases medias trabajadoras españolas, sepamos un poco más de cómo le van los negocios y la vida misma a los que se acomodan en los pisos más altos de la pirámide social (fuente: El Revolucionario. El diario global de la izquierda revolucionaria en lengua española].

«El líder por beneficios volvió a ser en 2006 el Grupo Santander, con la cifra récord para la economía española de 7.596 millones de euros (un 22,12 por ciento más que en 2005) [...] El BBVA se situó en segunda posición, con casi 3.000 millones menos de beneficios que su principal competidor. El grupo bancario ganó 4.736 millones de euros (un 24,4 por ciento más) [...] Le siguió «La Caixa», que duplicó resultados hasta 3.025 millones de euros gracias también a las numerosas ventas realizadas. Caja Madrid adelantó a la cuarta posición con unas ganancias de 1.033 millones de euros (un 22,8 por ciento más) y el Popular cayó a la quinta plaza con unas ganancias de 1.026 millones (un 16,86 por ciento más).

Por primera vez, las cinco grandes superaron los 1.000 millones de euros de beneficio, un logro del que, hasta hace dos años, sólo podían presumir Santander y BBVA. Los créditos aumentaron de forma conjunta un 20,49 por ciento, con lo que sobrepasaron los 1,1 billones de euros, mientras que los recursos gestionados de clientes aumentaron un 11,04 por ciento, hasta 1,59 billones. Con estos aumentos de actividad, las cinco entidades pudieron incrementar un 12,60 por ciento los ingresos por comisiones, hasta 14.563 millones de euros, y un 11,94 por ciento los gastos, que se situaron en 23.607 millones [...]

Mientras los principales bancos y cajas baten récords de ganancias, otros informes apuntan que el salario medio de los españoles se ha depreciado, durante 2006, un 3% como consecuencia, principalmente, de la llegada de millones de inmigrantes que realizan las tareas a menor coste y con la connivencia de los sindicatos. En un país con 8 millones de parados las cuentas del capital salen redondas: los trabajos que estos desocupados deberían realizar son desempeñadas por inmigrados, legales e ilegales, que abaratan los costes de producción generando mayores beneficios empresariales, mientras que el Estado asume la tarea de mantener a los desempleados con cargo a los impuestos que se reparten entre todos los contribuyentes [...]».

7/5/07

El presente de las clases medias trabajadoras

En la segunda mitad del siglo XX, la Europa capitalista vio cómo desaparecía la clase proletaria en favor de las clases medias. Frente al mito del paraíso de los trabajadores soviético y la pujanza de los partidos comunistas occidentales, la socialdemocracia encontró el terreno abonado para sus propuestas políticas. Con el desarrollo de los estados del bienestar, los trabajadores y asalariados dejaron de sentirse proletarios... resultó cierto que por encima de las condiciones objetivas de los teóricos marxistas tiene más importancia la percepción subjetiva de las mismas por parte de los sujetos históricos. Y así, los proletarios pasaron a sentirse pertenecientes a las clases medias.

Con el final de la Unión Soviética y el desmoronamiento del marxismo como ideología, el liberalismo capitalista, sin enemigos ni alternativa posible, sin trabas ni limitaciones, recuperó su verdadera faz redimensionado ahora como una expansión planetaria, la globalización. Las condiciones objetivas en la actualidad demuestran que los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, tanto a nivel social dentro de los estados como en las relaciones internacionales entre los mismos.

La situación de las clases medias en los países en vías de desarrollo y en los posindustriales es bien diferente. La globalización la mejora en los primeros y la debilita en los segundos. Algunos hablan de una "proletarización" (en su sentido marxista) de dichas clases medias occidentales, que afrontan ya una creciente precarización laboral, desorden y violencia en su entorno urbano, desvío de los recursos de bienestar social hacia otros colectivos y sistemas de pensiones públicos en crisis.

Se da la paradoja de que aquellos que van a ser materialmente más prósperos que sus abuelos y padres asisten a un paulatino empeoramiento de sus condiciones socio-económicas. Porque, tal y como advierte el FMI, aunque la globalización no reduce los salarios en términos absolutos, sí lo hace en términos relativos al ser cada vez mayor el pastel económico globalizado. Ahora bien, su reparto hace aumentar las diferencias entre las clases altas y los trabajadores.

En España, el salario medio oficial (en 2005) era de 20.439 euros, mientras que el de la Europa a 15 era de 34.412. Con todo, esta cifra promedio está muy lejos para casi la mitad de la población española ya que unos 19 millones de españoles ingresan no más del doble del salario mínimo interprofesional (SMI), que ha sido fijado por el Gobierno para este año en 7.182 euros anuales. El salario medio no ha mejorado en los últimos nueve años, retrocediendo incluso durante el año pasado un 0,5% en términos reales.

El total de españoles que en 2005 recibieron un salario, una prestación social o una pensión fue de casi 26 millones. Según la Agencia Tributaria, su retribución media fue de 14.697 euros, y de los tres colectivos citados, los que menos vieron incrementar su retribución fueron los asalariados: el 2,3% frente al 6,2% de los pensionistas o el 4,2 de los desempleados. La retribución media de los asalariados era de 16.018 euros y la de los 8,1 millones de pensionistas era de 9.604 euros. Conviene puntualizar que 10,4 millones de asalariados cobran menos de 14.000 euros al año y que más de la mitad de los pensionistas, 4,5 millones, cobran menos de 600 euros al mes.

España es, junto con Portugal, el país con un menor SMI de la Europa industrializada, siendo menos de la mitad que el de Francia, Reino Unido o Irlanda. En 2005 se incorporó casi un millón detrabajadores al mercado laboral y prácticamente la totalidad de los mismos percibió un salario inferior a doz veces el SMI. Además, la tasa de temporalidad laboral es del 34,6%, el doble que la media de la Europa industrializada y el más elevado de la misma.

Pero pese a los bajísimos salarios de los trabajadores españoles, España sigue desindustrializándose. Nuestro país es el quinto preferido por las transnacionales para deslocalizar actividades industriales y trasladarlas a países en desarrollo, sólo por detrás de EE.UU., Canadá, Alemania y Reino Unido. ¿A qué se debe? A la baja productividad, dicen los expertos. La relación entre capital humano y competitividad en el capitalismo español es muy mala. La revolución industrial del siglo XIX necesitó de la alfabetización de sociedades enteras. Frente a la exigencia de un nivel determinado de formación intelectual por parte de aquella técnica, la de la actual tecnología es aún mayor. Necesita de una fuerza de trabajo bien educada y formada para su adopción y su aprovechamiento pleno. Es imprescindible el fortalecimiento del capital humano y del tecnológico, algo sólo posible mediante la potenciación de los recursos destinados a la educación pública. Pues mientras esto es así, el sistema escolar público español es uno de los peores del mundo industrializado. En la actualidad, el 30% de los adolescentes españoles no acaban la educación obligatoria, el doble que en Europa.

En España, el crecimiento macroeconómico de los últimos años, tanto los del PP como los del PSOE, no ha hecho más que agravar las desigualdades sociales. Según la ONU, somos uno de los tres países europeos donde hay mayor diferencia entre ricos y pobres. Según el INE, casi el 20% de la población española está por debajo del umbral de la pobreza. El gasto social ha disminuido del 24% al 19% del PIB y es el segundo más bajo de Europa.

Pero al mismo tiempo, en la última lista Forbes de las 100 mayores fortunas mundiales aparecen más españoles que nunca. España es el décimo país con más millonarios del planeta. Casi 150.000 individuos poseen más de 800.000 euros y 1.500 son ultramillonarios, o sea, tienen más de 24 millones de euros (el 1,7% del total mundial). El incremento de estos millonarios españoles fue del 5,7%, el segundo de Europa, y se debió a la positiva evolución de las bolsas (en 2006 tuvo un crecimiento del 32%) y a la revalorización del mercado inmobiliario (no por casualidad, los debutantes en la Forbes son magnates del "ladrillo").

Pero frente a estos cálculos, el fisco español sólo tiene constancia de 28.000 millonarios. El fraude es percibido por la sociedad como generalizado, esto no es ninguna novedad. Pero es significativo que la percepción de los altos ejecutivos sobre el sector inmobiliario sea igual de apabullante: lo ven como uno de los más corruptos y no perciben interés entre la clase partitocrática por solucionarlo. Quizá así se explique mejor por qué el 64% del dinero circulante lo forman los billetes de 500 euros, un dato único en toda Europa.

Alguno se podría consolar pensando que estos millonarios compensan sus privilegiada situación con su contribución a la redistribución de la riqueza entre los ciudadanos, pero no es así. En realidad, el 77% de la solidaridad fiscal recae en las rentas del trabajo. Ya no sólo es que los asalariados españoles por cuenta ajena sean los que más contribuyen sino que su peso no hace más que aumentar y el de los rentistas, profesionales y empresarios no hace más que menguar.

Pero al tiempo que la progresividad del IRPF descansa en las rentas del trabajo, esta tributación se ha convertido en un impuesto perversamente desigual. Sólo declaran la totalidad de sus ingresos quienes no pueden evitarlo porque los empresarios y profesionales declararon en 2005 unas retribuciones anuales medias de sólo 9.400 euros, la mitad de lo declarado por los asalariados. Es vox pópuli que la "ingeniería fiscal" es un recurso sólo al alcance de los ricos.

El IRPF, además, se ha convertido en el circo electoral en un extraño objeto del deseo cuya rebaja se ofrece como consolador a toda la ciudadanía. Tanto PSOE como PP compiten por ofrecer una seductora reducción del mismo que alivie psicológicamente a los hedonistas consumidores que abundan entre nosotros: "cuantos menos impuestos pague más tendré para gastar", piensan. Pero lo que no ven es que mientras este impuesto directo disminuye, se incrementan los indirectos: los que se pagan sin tener en cuenta la riqueza de cada uno. Consuelo de muchos... consuelo de tontos.

No es realista pensar que en el actual régimen las cosas vayan a cambiar. Las únicas voces que se oyen alto y claro son las de los heraldos del liberalismo capitalista exigiendo profundizar en sus ejes ideológicos. Venden como el único futuro posible el continuar desmontando el estado de bienestar bajando los impuestos, liberalizando el mercado laboral y eliminando los mecanismos de redistribución de la riqueza nacional. Ante este panorama, ¿qué van a hacer los trabajadores españoles?