Hace ya un tiempo que uno de los dos abuelos de Zapatero se hizo, de repente, muy famoso. Fue cuando su ilustre nieto se acordó de él charlando con víctimas del nacionalismo vasco armado. Tuvo entonces el cuajo de soltarles que les entendía muy bien porque a su queridísimo abuelo lo habían fusilado los franquistas durante la Guerra Civil. Algunos dijeron que era un gilipollas por comparar lo incomparable pero otros creímos que no... que era toda una declaración de sus principios, de sus ideas-fuerza. Más allá del desprecio y el insulto a las víctimas del terrorismo antiespañol, aquello sirvió para que se escribiera sobre su abuelo. Y todos supimos algo del capitán Juan Rodríguez Lozano, militar socialista (o radical-socialista) y masón, que defendió a la legalidad republicana durante los dos golpes de Estado de la II República, tanto en el de 1934 (el encabezado por el PSOE) como en el de 1936.
Pero Zapatero también tuvo otro abuelo, al que sí conoció. Se llamaba Faustino Zapatero Ballesteros y fue pediatra. Antes, durante la Guerra Civil, había luchado con el bando "nacional" y durante la dictadura franquista, a lo que parece, disfrutó de un acomodado estatus social. No se trata de recordar los antecedentes políticos de los familiares de tantos y tantos políticos de este país. Se trata solamente, ahora que parece que la Ley de la Memoria Histórica que el PSOE ha estado pactando con comunistas (o postcomunistas) y nacionalistas antiespañoles ha sufrido un arreón por motivos electoralistas, de recordar nuestra inevitable realidad... que cuando algunos se empeñan en separar a buenos y malos olvidan que unos y otros eran, nada más y nada menos, la mitad de todos, todos los españoles de entonces.
Pero Zapatero también tuvo otro abuelo, al que sí conoció. Se llamaba Faustino Zapatero Ballesteros y fue pediatra. Antes, durante la Guerra Civil, había luchado con el bando "nacional" y durante la dictadura franquista, a lo que parece, disfrutó de un acomodado estatus social. No se trata de recordar los antecedentes políticos de los familiares de tantos y tantos políticos de este país. Se trata solamente, ahora que parece que la Ley de la Memoria Histórica que el PSOE ha estado pactando con comunistas (o postcomunistas) y nacionalistas antiespañoles ha sufrido un arreón por motivos electoralistas, de recordar nuestra inevitable realidad... que cuando algunos se empeñan en separar a buenos y malos olvidan que unos y otros eran, nada más y nada menos, la mitad de todos, todos los españoles de entonces.
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