El Fondo Monetario Internacional ha afirmado que los avances tecnológicos y la inversión extranjera han agravado las diferencias de renta per cápita a nivel global, otorgando a los críticos de la globalización un poderoso argumento para sus batallas políticas nacionales. El nuevo estudio del organismo internacional, contenido en su informe semestral Previsión Económica Mundial, indica que la desigualdad de ingresos ha aumentado durante las últimas dos décadas en los países en desarrollo de Asia, en las economías de mercados emergentes de Europa, en América Latina y en las economías avanzadas. Al mismo tiempo, la brecha se ha reducido en África subsahariana y en la Comunidad de Estados Independientes.
Los avances tecnológicos son el factor que más ha contribuido al aumento de la desigualdad desde principios de los años ochenta, tanto en los países avanzados como en las economías en desarrollo, porque la nueva tecnología incrementa la prima por nivel de cualificación y reemplaza a los trabajadores relativamente poco cualificados. La globalización comercial y financiera –y, en particular, la inversión extranjera directa- también ha provocado un incremento en las diferencias de renta, según el estudio, que vincula el avance de la integración comercial (y el aumento de las importaciones provenientes de países subdesarrollados) a una reducción de las desigualdades de ingresos en las economías avanzadas.
El informe supone, según el diario económico estadounidense The Wall Street Journal, un inusual reconocimiento por parte del FMI de los aspectos negativos de la globalización y confirma las conclusiones de aquellos economistas que han intentado explicar por qué las desigualdades de renta han aumentado tanto en los países ricos como en los subdesarrollados durante las últimas dos décadas.
Desde los años ochenta, el FMI ha presionado a los países para que se abran a la inversión extranjera, a la tecnología y al libre comercio, señalando estos factores como el camino hacia el crecimiento económico y canalizando sus créditos hacia aquellos estados que seguían su consejo. Según la teoría económica, incrementar el comercio y la inversión debería provocar una disminución de la desigualdad de renta en los países subdesarrollados. Al desplazarse, por ejemplo, los empleos poco cualificados desde Estados Unidos hacia México y otros países en desarrollo, la demanda de trabajadores de bajos ingresos aumentaría paulatinamente en estos países –al igual que sus salarios- en comparación con la de trabajadores cualificados. A nivel global, las desigualdades de renta serían cosa del pasado.
Una barrera a la liberalización del comercio
Los hechos han demostrado lo contrario. Desde que los países latinoamericanos, africanos, asiáticos y de Europa del Este comenzaron a liberalizar sus economías, la brecha entre ricos y pobres se ha incrementado, según el informe. Cuando se comprobó que las economías que habían seguido la receta del FMI no crecían al ritmo previsto, surgió una violenta reacción antiglobalización y contra el organismo en todo el mundo, especialmente en África y América Latina. Hoy en día, el movimiento antiglobalización, extendido por EEUU, Europa y ciertas zonas de Asia, pretende formar una barrera política frente a una mayor liberalización del comercio, de las inversiones y de la migración de trabajadores, según el WSJ.
Tras la publicación del estudio, Subir Lall, subdirector de investigación del FMI, ha declarado que éste no tiene ninguna intencionalidad política. Lall añadió que, en términos globales, la riqueza se ha incrementado a través de la globalización. No obstante, en la mayor parte de los países la llegada de trabajadores de bajos ingresos ha aumentado desde los años ochenta pero a un ritmo menor que la llegada de trabajadores cualificados. La lección política, según Lall, es que es necesario aumentar la inversión en educación. “Ello permitiría a grupos no cualificados y de bajos ingresos sacar provecho” de la tecnología y la globalización, señala el informe.
Fuente: http://www.cotizalia.com/cache/2007/10/11/82_reconoce_globalizacion_aumentado_desigualdades.html
Los avances tecnológicos son el factor que más ha contribuido al aumento de la desigualdad desde principios de los años ochenta, tanto en los países avanzados como en las economías en desarrollo, porque la nueva tecnología incrementa la prima por nivel de cualificación y reemplaza a los trabajadores relativamente poco cualificados. La globalización comercial y financiera –y, en particular, la inversión extranjera directa- también ha provocado un incremento en las diferencias de renta, según el estudio, que vincula el avance de la integración comercial (y el aumento de las importaciones provenientes de países subdesarrollados) a una reducción de las desigualdades de ingresos en las economías avanzadas.
El informe supone, según el diario económico estadounidense The Wall Street Journal, un inusual reconocimiento por parte del FMI de los aspectos negativos de la globalización y confirma las conclusiones de aquellos economistas que han intentado explicar por qué las desigualdades de renta han aumentado tanto en los países ricos como en los subdesarrollados durante las últimas dos décadas.
Desde los años ochenta, el FMI ha presionado a los países para que se abran a la inversión extranjera, a la tecnología y al libre comercio, señalando estos factores como el camino hacia el crecimiento económico y canalizando sus créditos hacia aquellos estados que seguían su consejo. Según la teoría económica, incrementar el comercio y la inversión debería provocar una disminución de la desigualdad de renta en los países subdesarrollados. Al desplazarse, por ejemplo, los empleos poco cualificados desde Estados Unidos hacia México y otros países en desarrollo, la demanda de trabajadores de bajos ingresos aumentaría paulatinamente en estos países –al igual que sus salarios- en comparación con la de trabajadores cualificados. A nivel global, las desigualdades de renta serían cosa del pasado.
Una barrera a la liberalización del comercio
Los hechos han demostrado lo contrario. Desde que los países latinoamericanos, africanos, asiáticos y de Europa del Este comenzaron a liberalizar sus economías, la brecha entre ricos y pobres se ha incrementado, según el informe. Cuando se comprobó que las economías que habían seguido la receta del FMI no crecían al ritmo previsto, surgió una violenta reacción antiglobalización y contra el organismo en todo el mundo, especialmente en África y América Latina. Hoy en día, el movimiento antiglobalización, extendido por EEUU, Europa y ciertas zonas de Asia, pretende formar una barrera política frente a una mayor liberalización del comercio, de las inversiones y de la migración de trabajadores, según el WSJ.
Tras la publicación del estudio, Subir Lall, subdirector de investigación del FMI, ha declarado que éste no tiene ninguna intencionalidad política. Lall añadió que, en términos globales, la riqueza se ha incrementado a través de la globalización. No obstante, en la mayor parte de los países la llegada de trabajadores de bajos ingresos ha aumentado desde los años ochenta pero a un ritmo menor que la llegada de trabajadores cualificados. La lección política, según Lall, es que es necesario aumentar la inversión en educación. “Ello permitiría a grupos no cualificados y de bajos ingresos sacar provecho” de la tecnología y la globalización, señala el informe.
Fuente: http://www.cotizalia.com/cache/2007/10/11/82_reconoce_globalizacion_aumentado_desigualdades.html
Apostilla: habrá que enterarse de lo que responden los liberal-capitalistas-globalizantes a esta evidencia.
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