Fuente: Libertad Digital.
Europa está a punto de asistir nuevamente al colapso de todo un país. Una nueva Islandia está al caer. Se trata de Ucrania que, junto al resto de países de Europa del Este, está sufriendo los avatares del crack más importante que sufre la economía mundial desde la Gran Depresión de 1929, tal y como avanzó LD.
Olexander Pavlenko, un joven programador informático, es uno de los miles de ucranianos que no pueden retirar su ahorros del banco. Pavlenko telefoneó a la sede en Kiev (capital de Ucrania) del Nadra Bank y Ukprombank, dos grandes bancos del país, para pedir la devolución de 10.000 dólares depositados en ambas entidades. Sin embargo, al igual que a muchos otros ciudadanos, los bancos denegaron su solicitud.
"El banco me dijo: Lo siento, simplemente, el dinero no está disponible por el momento y no puedo ayudarle", informa Financial Times. En la actualidad, el Banco Central de Ucrania ha intervenido nueve entidades, ahora bajo su control, para evitar su quiebra. La preocupación e indignación entre los ciudadanos va en aumento.
Corralito financiero
De hecho, incluso las entidades aparentemente más sólidas, que están bajo el control de la gran banca occidental europea cuentan con problemas crecientes. El regulador financiero de Ucrania ha prohibido la amortización anticipada de los depósitos a plazo, la forma más popular de ahorro en Ucrania. Es decir, se ha declarado un corralito financiero en el país para evitar una retirada masiva de depósitos y, por tanto, la quiebra de todo el sistema. No obstante, los depósitos bancarios nominados en moneda nacional se han reducido un 20% desde el pasado septiembre, un 10% en los de divisa extrenjera. La situación es “muy grave”, según alertó el presidente de la Asociación de Bancos Ucranianos (algo así como la AEB en España), Olexander Suhonyako.
Por otra parte, el propio Estado está al borde de la quiebra. Su moneda ha sufrido una creciente depreciación a lo largo de los últimos meses y el Gobierno carece ya de fondos y reservas para poder hacer frente a sus pagos. Ucrania ha vivido en una burbuja económica gracias al crédito barato procedente del exterior. En concreto, de la banca del centro de la UE que es la más expuesta a las economías emergentes del Este, tal y como avanzó LD el pasado noviembre.
El Estado, al borde de la quiebra
El riesgo de su deuda pública se ha disparado, encareciendo en gran medida el coste de la financiación que precisa el Gobierno para poder rescatar a su banca y afrontar la recesión económica que vive el país mediante planes de gasto público. En los últimos días el Ejecutivo que lidera Yuliya Timoshenko ha intensificado los contactos con toda clase de organismos internacionales para evitar que el Estado entre en suspensión de pagos.
En concreto, Ucrania negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) la entrega inmediata de 16.400 millones de dólares a cambio de ciertas condiciones, como la de reequilibrar su déficit público que, en la actualidad, ronda el 2% del PIB. Las últimas informaciones al respecto apuntan a que finalmente se alcanzará un acuerdo en breve.
Y es que, el dinero urge, y mucho. Ucrania se enfrenta a una nueva guerra del gas, como la sufrida el pasado enero, en donde el país se quedó sin su principal fuente de suministro energético en medio de un duro invierno con temperaturas bajo cero. El primer ministro ruso, Vladimir Putin, advirtió el jueves de que Moscú podría interrumpir, una vez más, el suministro de gas a Ucrania si su vecino no cumple con los pagos acordados y cuya fecha límite expira este sábado.
Guerra del gas
La gasista ucraniana Naftogaz indicó que había abonado ya hasta un 80% de la deuda correspondiente al suministro de febrero y que estaría en disposición de pagar el resto en las próximas horas. El retraso en el pago podría cerrar nuevamente la entrada de gas ruso. Además, cabe tener en cuenta que Ucrania es el principal país de tránsito de las exportaciones de gas ruso hacia Europa.
La economía ucraniana ha sufrido un rápido e intenso deterioro desde el estallido de la crisis en 2007. Sobre todo, en los últimos meses. Y ello, debido a la voluminosa deuda exterior que mantiene su economía, próxima a los 35.000 millones de dólares. Ucrania ha vivido a crédito, y toca pagar la factura. Sin embargo, la recesión se acentúa y la crisis pone en serios aprietos el cumplimiento de los compromisos financieros adquiridos por el Gobierno y, sobre todo, por el sector financiero y empresarial del país.
El PIB caerá más de un 7% en 2009
Así, los analistas de BNP Paribas estiman que el PIB ucraniano podría sufrir una contracción próxima al 7,5% en 2009, al tiempo que se dispara el desempleo. Las dificultades económicas y financieras están provocando un creciente conflicto social. La incapacidad de los gobernantes para hacer frente a la situación, junto a la imposibilidad de los ciudadanos para rescatar sus depósitos, está provocando la ira de la población. Durante las últimas semanas, el país vive inmerso entre protestas sociales y huelgas de trabajadores. De mantenerse esta situación, el creciente descontento amenaza con transformarse en una bomba de relojería a nivel social, que podría conllevar la caída del actual Gobierno en las próximas elecciones.
La quiebra de un país del tamaño de Ucrania, con cerca de 46 millones de personas (similar a la población de España) no es una cuestión baladí. La caída de países de menor tamaño, tales como Letonia o la ya quebrada Islandia, tiene efectos mucho menores a nivel internacional. Y es que, si Ucrania cae se evaporaría por completo la escasa confianza que ya de por sí manifiestan los inversores en las economías emergentes del Este de Europa, con lo que podría acelerar el efecto arrastre sobre otros países de la zona. Es el caso de Polonia, por ejemplo, cuyas dificultades económicas también se acrecientan.
Conflicto social, en auge
Además, Ucrania es un enclave geoestratégico a nivel internacional, en el que las grandes potencias (UE y Rusia) pugnan por el control de recursos energéticos. De hecho, la caída de Ucrania podría servir de excusa a Moscú para extender su influencia política sobre los asuntos internos del país, empleándolo en interés propio como ejemplo de lo que sucede cuando las repúblicas ex soviéticas adoptan un modelo de democracia de libre mercado.
"Telón de Acero"
De hecho, éste es el diagnóstico de la primera ministra de Ucrania, Yuliya Timoshenko, quien advirtió del riesgo de que se produzca un nuevo “Telón de Acero” en el seno de Europa, debido al creciente deterioro económico y político que están sufriendo los países del Este excluidos de la zona euro. Por ello, en un reciente artículo publicado en el diario francés Le Figaro, Timoshenko reiteró la necesidad de que el Banco Central Europeo (BCE) acuda al rescate del Este europeo, tal y como adelantó LD.
Europa está a punto de asistir nuevamente al colapso de todo un país. Una nueva Islandia está al caer. Se trata de Ucrania que, junto al resto de países de Europa del Este, está sufriendo los avatares del crack más importante que sufre la economía mundial desde la Gran Depresión de 1929, tal y como avanzó LD.
Olexander Pavlenko, un joven programador informático, es uno de los miles de ucranianos que no pueden retirar su ahorros del banco. Pavlenko telefoneó a la sede en Kiev (capital de Ucrania) del Nadra Bank y Ukprombank, dos grandes bancos del país, para pedir la devolución de 10.000 dólares depositados en ambas entidades. Sin embargo, al igual que a muchos otros ciudadanos, los bancos denegaron su solicitud.
"El banco me dijo: Lo siento, simplemente, el dinero no está disponible por el momento y no puedo ayudarle", informa Financial Times. En la actualidad, el Banco Central de Ucrania ha intervenido nueve entidades, ahora bajo su control, para evitar su quiebra. La preocupación e indignación entre los ciudadanos va en aumento.
Corralito financiero
De hecho, incluso las entidades aparentemente más sólidas, que están bajo el control de la gran banca occidental europea cuentan con problemas crecientes. El regulador financiero de Ucrania ha prohibido la amortización anticipada de los depósitos a plazo, la forma más popular de ahorro en Ucrania. Es decir, se ha declarado un corralito financiero en el país para evitar una retirada masiva de depósitos y, por tanto, la quiebra de todo el sistema. No obstante, los depósitos bancarios nominados en moneda nacional se han reducido un 20% desde el pasado septiembre, un 10% en los de divisa extrenjera. La situación es “muy grave”, según alertó el presidente de la Asociación de Bancos Ucranianos (algo así como la AEB en España), Olexander Suhonyako.
Por otra parte, el propio Estado está al borde de la quiebra. Su moneda ha sufrido una creciente depreciación a lo largo de los últimos meses y el Gobierno carece ya de fondos y reservas para poder hacer frente a sus pagos. Ucrania ha vivido en una burbuja económica gracias al crédito barato procedente del exterior. En concreto, de la banca del centro de la UE que es la más expuesta a las economías emergentes del Este, tal y como avanzó LD el pasado noviembre.
El Estado, al borde de la quiebra
El riesgo de su deuda pública se ha disparado, encareciendo en gran medida el coste de la financiación que precisa el Gobierno para poder rescatar a su banca y afrontar la recesión económica que vive el país mediante planes de gasto público. En los últimos días el Ejecutivo que lidera Yuliya Timoshenko ha intensificado los contactos con toda clase de organismos internacionales para evitar que el Estado entre en suspensión de pagos.
En concreto, Ucrania negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) la entrega inmediata de 16.400 millones de dólares a cambio de ciertas condiciones, como la de reequilibrar su déficit público que, en la actualidad, ronda el 2% del PIB. Las últimas informaciones al respecto apuntan a que finalmente se alcanzará un acuerdo en breve.
Y es que, el dinero urge, y mucho. Ucrania se enfrenta a una nueva guerra del gas, como la sufrida el pasado enero, en donde el país se quedó sin su principal fuente de suministro energético en medio de un duro invierno con temperaturas bajo cero. El primer ministro ruso, Vladimir Putin, advirtió el jueves de que Moscú podría interrumpir, una vez más, el suministro de gas a Ucrania si su vecino no cumple con los pagos acordados y cuya fecha límite expira este sábado.
Guerra del gas
La gasista ucraniana Naftogaz indicó que había abonado ya hasta un 80% de la deuda correspondiente al suministro de febrero y que estaría en disposición de pagar el resto en las próximas horas. El retraso en el pago podría cerrar nuevamente la entrada de gas ruso. Además, cabe tener en cuenta que Ucrania es el principal país de tránsito de las exportaciones de gas ruso hacia Europa.
La economía ucraniana ha sufrido un rápido e intenso deterioro desde el estallido de la crisis en 2007. Sobre todo, en los últimos meses. Y ello, debido a la voluminosa deuda exterior que mantiene su economía, próxima a los 35.000 millones de dólares. Ucrania ha vivido a crédito, y toca pagar la factura. Sin embargo, la recesión se acentúa y la crisis pone en serios aprietos el cumplimiento de los compromisos financieros adquiridos por el Gobierno y, sobre todo, por el sector financiero y empresarial del país.
El PIB caerá más de un 7% en 2009
Así, los analistas de BNP Paribas estiman que el PIB ucraniano podría sufrir una contracción próxima al 7,5% en 2009, al tiempo que se dispara el desempleo. Las dificultades económicas y financieras están provocando un creciente conflicto social. La incapacidad de los gobernantes para hacer frente a la situación, junto a la imposibilidad de los ciudadanos para rescatar sus depósitos, está provocando la ira de la población. Durante las últimas semanas, el país vive inmerso entre protestas sociales y huelgas de trabajadores. De mantenerse esta situación, el creciente descontento amenaza con transformarse en una bomba de relojería a nivel social, que podría conllevar la caída del actual Gobierno en las próximas elecciones.
La quiebra de un país del tamaño de Ucrania, con cerca de 46 millones de personas (similar a la población de España) no es una cuestión baladí. La caída de países de menor tamaño, tales como Letonia o la ya quebrada Islandia, tiene efectos mucho menores a nivel internacional. Y es que, si Ucrania cae se evaporaría por completo la escasa confianza que ya de por sí manifiestan los inversores en las economías emergentes del Este de Europa, con lo que podría acelerar el efecto arrastre sobre otros países de la zona. Es el caso de Polonia, por ejemplo, cuyas dificultades económicas también se acrecientan.
Conflicto social, en auge
Además, Ucrania es un enclave geoestratégico a nivel internacional, en el que las grandes potencias (UE y Rusia) pugnan por el control de recursos energéticos. De hecho, la caída de Ucrania podría servir de excusa a Moscú para extender su influencia política sobre los asuntos internos del país, empleándolo en interés propio como ejemplo de lo que sucede cuando las repúblicas ex soviéticas adoptan un modelo de democracia de libre mercado.
"Telón de Acero"
De hecho, éste es el diagnóstico de la primera ministra de Ucrania, Yuliya Timoshenko, quien advirtió del riesgo de que se produzca un nuevo “Telón de Acero” en el seno de Europa, debido al creciente deterioro económico y político que están sufriendo los países del Este excluidos de la zona euro. Por ello, en un reciente artículo publicado en el diario francés Le Figaro, Timoshenko reiteró la necesidad de que el Banco Central Europeo (BCE) acuda al rescate del Este europeo, tal y como adelantó LD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario