Esta madrugada ETA ha reventado el paseo marítimo de Guecho con un coche-bomba. Su propósito era, al parecer, la devastación. La explicación oficial ha sido la de siempre: ETA mata y destroza allí donde puede y cuando puede... bla, bla, bla...
Pero el terrorismo no es un fin en sí mismo, es una herramienta al servicio de unos objetivos, políticos en el caso de ETA. Por ésto, porque obedece a una lógica racional se le puede combatir y derrotar, y se puede predecir y analizar sus acciones. Así fue predicho el asesinato del ex concejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco desde un análisis que partía de la confluencia de intereses y objetivos entre el separatismo vasco y la vía ZP. Se dijo entonces que era la forma en la que mejor podía colaborar ETA al triunfo, y sobre todo, a la legitimación del proyecto antinacional de ZP. Puede parecernos una aberración pero no lo es para quien asume que la guerra no es más que la continuación de la política por otros medios. Y ETA se cree un ejército.
Ahora, podemos analizar el bombazo de ETA en Guecho. ¿Por qué allí? Sencillo, Guecho es el único municipio vizcaíno en el que venció el PP en las pasadas elecciones municipales. Ha sido y es el lugar donde más evidentemente se aprecia un sentimiento español entre sus habitantes. Es, desde el punto de vista del nacionalismo vasco, un cáncer que más tarde o más temprano habrá que extirpar.
Alguién responderá: bueno... no es la primera vez que hacen esto allí. Correcto. Por eso hay que preguntarse, ¿por qué ahora? Rubalcaba dirá que ha sido cuando han podido... bla, bla, bla... Pero una cosa es que puedan atentar en un momento dado por cuestiones "técnicas" (debilidad, hostigamiento, etc.) y otra que elijan al azar el momento concreto. Este bombazo demuestra que han podido actuar en el momento que han decidido hacerlo. Y este momento es el de la mayor crisis de la historia del PP, es el del laminamiento de cualquier vestigio de "conciencia nacional" pepera, es el de la defenestración de símbolos de la resistencia como María San Gil. Con este bombazo, Josu Ternera se suma al Borbón, a ZP y a Cebrián para darle otro empujoncito: ¡así, así Mariano... ese es el camino!
Pero el terrorismo no es un fin en sí mismo, es una herramienta al servicio de unos objetivos, políticos en el caso de ETA. Por ésto, porque obedece a una lógica racional se le puede combatir y derrotar, y se puede predecir y analizar sus acciones. Así fue predicho el asesinato del ex concejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco desde un análisis que partía de la confluencia de intereses y objetivos entre el separatismo vasco y la vía ZP. Se dijo entonces que era la forma en la que mejor podía colaborar ETA al triunfo, y sobre todo, a la legitimación del proyecto antinacional de ZP. Puede parecernos una aberración pero no lo es para quien asume que la guerra no es más que la continuación de la política por otros medios. Y ETA se cree un ejército.
Ahora, podemos analizar el bombazo de ETA en Guecho. ¿Por qué allí? Sencillo, Guecho es el único municipio vizcaíno en el que venció el PP en las pasadas elecciones municipales. Ha sido y es el lugar donde más evidentemente se aprecia un sentimiento español entre sus habitantes. Es, desde el punto de vista del nacionalismo vasco, un cáncer que más tarde o más temprano habrá que extirpar.
Alguién responderá: bueno... no es la primera vez que hacen esto allí. Correcto. Por eso hay que preguntarse, ¿por qué ahora? Rubalcaba dirá que ha sido cuando han podido... bla, bla, bla... Pero una cosa es que puedan atentar en un momento dado por cuestiones "técnicas" (debilidad, hostigamiento, etc.) y otra que elijan al azar el momento concreto. Este bombazo demuestra que han podido actuar en el momento que han decidido hacerlo. Y este momento es el de la mayor crisis de la historia del PP, es el del laminamiento de cualquier vestigio de "conciencia nacional" pepera, es el de la defenestración de símbolos de la resistencia como María San Gil. Con este bombazo, Josu Ternera se suma al Borbón, a ZP y a Cebrián para darle otro empujoncito: ¡así, así Mariano... ese es el camino!
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