Por Manuel Freytas. Fuente: IAR Noticias.
Las señales claras del colapso generalizado (y permanente) de las bolsas mundiales con Wall Street a la cabeza, es indicativo de que la ola de la "burbuja financiera" del capitalismo especulador sin fronteras, la reproducción del dinero por el dinero el mismo, se desmorona sobre las mismas lacras que inventó: El reinado del "apalancamiento financiero" (el endeudamiento sin respaldo) y la "economía de papel" fundada sobre el cadáver de la economía real.
Las señales claras del colapso generalizado (y permanente) de las bolsas mundiales con Wall Street a la cabeza, es indicativo de que la ola de la "burbuja financiera" del capitalismo especulador sin fronteras, la reproducción del dinero por el dinero el mismo, se desmorona sobre las mismas lacras que inventó: El reinado del "apalancamiento financiero" (el endeudamiento sin respaldo) y la "economía de papel" fundada sobre el cadáver de la economía real.
En medio del colapso recesivo (que ya devino en depresión económica mundial) los mercados financieros cerraron el lunes un proceso encadenado de caídas con otro "gran estallido" de Wall Street, con el Promedio Industrial Dow Jones derrumbándose por debajo de los 7.000 puntos por primera vez en 12 años, y arrastrando en su debacle a todas las bolsas mundiales.
A tono con un escenario internacional poblado de rumores sobre una "recesión prolongada", los "inversionistas" se sumaron este lunes a una ola "vendedora" global que empezó en Asia y se propagó a todos los sectores recalando finalmente en Wall Street (la catedral financiera del mundo "globalizado"), desde las acciones financieras hasta las de tecnología.
El Dow Jones perdió 4,2% para quedar en 6.763,29 unidades, su nivel más bajo desde abril de 1997. El índice perdió casi un tercio de su valor este año y más de la mitad desde su máximo de octubre de 2007.
El índice Standard & Poor's 500 se acercó peligrosamente a caer por debajo de los 700 puntos y cerró en 700,82 unidades, tras descender 4,7%, y el Índice Compuesto Nasdaq, donde predominan las firmas de tecnología, declinó 4%.
El Dow, ha caído durante 10 de las últimas 12 jornadas y ha perdido 7.401 puntos respecto a su máximo de 14.164 enteros alcanzado en octubre de 2007. Robert Pavlik, estratega jefe de mercado para Banyan Partners LLC dice que sus clientes sienten más agotamiento que temor. El sentimiento es "¿por qué debería saltar en frente de un tren?", señala.
El estallido bancario y bursátil continuado en EEUU y en las potencias centrales del "capitalismo globalizado", señala claramente que la "burbuja financiera" desde hace rato está bailando en el Titanic.
Por falta de "efectivo" en ventanilla, finalmente la "economía de papel" hizo crash, chocó contra la realidad, y comenzó a hundirse a la hora señalada ante la impotencia manifiesta de sus creadores y sostenedores: Los Estados centrales del sistema capitalista.
Desde que estallara el colapso bancario y bursátil en septiembre del 2008, el sistema nunca pudo recuperarse, y finalmente la crisis de la "economía de papel" terminó impactando en la "economía real", primero en las metrópolis imperiales de EEUU y Europa, extendiéndose luego por toda la periferia "subdesarrollada" y "emergente" de Asia, África y América Latina.
"Septiembre de 2008 marcó un punto de inflexión en el proceso recesivo que se venía desarrollando en los EEUU a lo largo de ese año: estalló el sistema financiero y la recesión comenzó a extenderse rápidamente a nivel planetario al tiempo que se evidenciaban síntomas muy claros de tránsito global hacia la depresión cuya llegada comenzó a ser admitida desde comienzos de 2009", señala el analista económico Jorge Beinstein.
"Ahora asistimos a un encadenamiento internacional de derrumbes productivos y financieros acompañado por una mezcla de pesimismo e impotencia en el mas alto nivel de las elites dirigentes ante la probable transformación de la ola depresiva en colapso general", agrega Beinstein.
La filosofía especuladora del "apalancamiento" (una economía virtual montada sobre el crédito y el endeudamiento) estalló cuando la "falta de confianza" de los tenedores de bonos y acciones (el dinero de papel) los llevó a "efectivizarlos" en dinero real.
Allí se destapó la mentira y la falta de respaldo de centenares de billones de dólares transferidos por asentamientos financieros y papeles que, cuando los tenedores quisieron convertirlos en dinero contante y sonante se encontraron con la sorpresa de que el efectivo no estaba donde debería estar: Los bancos.
Hay expertos que sostienen que un equivalente billonario a más de un PBI de EEUU y Europa juntos circula en papeles sin respaldo de la "burbuja financiera" que se generó en Wall Street en la década del noventa desparramando ganancia especulativa a escala planetaria.
Las "súper-fortunas" personales, los "súper-activos empresariales" se nutrieron de este macro-robo monumental del capitalismo financiero especulador que inventó una economía paralela: La economía de papel.
Esa economía es la que hoy está estallando junto con los macrobancos y macroempresas que lideraron el desfalco capitalista y que hoy se encuentran con sus bóvedas sobrecargadas de papeles sin valor: La chatarra de la "burbuja financiera".
La caída del sistema del "apalancamiento financiero" (crecimiento de los negocios productivos y comerciales mediante el endeudamiento financiero sin respaldo) dejó una montaña de papeles inútiles llamados "activos tóxicos" que aún permanecen en la cartera de los bancos y empresas que controlan los sistemas financieros y económicos productivos de los países a escala global .
La "bicicleta financiera", o rueda perversa de la especulación, dejó un cementerio de "activos tóxicos" en poder de los bancos y las empresas que había diseminado la "burbuja" a escala global.
"Los banqueros no los "blanquean" por temor a mostrar que están quebrados", señala el analista de izquierda Jorge Altamira. "Ningún capitalista quiere oficializar sus pérdidas vendiendo los títulos sin valor que tiene en su propiedad, por lo cual sobreviven con ayudas estatales o compras temporarias de los bancos centrales", añade.
"Algunos estiman que si se pudieran hacer las compensaciones entre negocios cruzados - lo cual simplemente podría demorar algunos años-, la resultante neta serían aún unos 20 a 30 billones de dólares de deudas incobrables. El envío a pérdidas de todas estas sumas llevaría a la quiebra a la mayor parte del capital mundial", explica Altamira.
De acuerdo con Jorge Beinstein, "El capitalismo financierizado había entrado en una fase de expansión vertiginosa aplastando con su peso a todas las formas económicas y políticas. En 2008 los Estados centrales (el G7) disponían de recursos fiscales por unos 10 billones (millones de millones) de dólares contra 600 billones de dólares en productos financieros derivados registrados por el Banco de Basilea a lo que es necesario agregar otros negocios financieros, según algunos expertos la masa especulativa global supera actualmente los mil billones de dólares (cerca de 20 veces el producto Bruto Mundial)".
Las señales claras del colapso generalizado (y permanente) de las bolsas mundiales con Wall Street a la cabeza, es indicativo de que la "burbuja financiera" del capitalismo especulador sin fronteras, la reproducción del dinero por dinero el mismo, se desmorona sobre las mismas lacras que inventó: El reinado del "apalancamiento financiero" (el endeudamiento sin respaldo) y la "economía de papel" fundada sobre el cadáver de la economía real.
Pérdida de confianza: Esa es la clave detonante de la fuga en masa del dinero de las plazas financieras internacionales según los analistas de Wall Street. Y esa pérdida de confianza por parte del "inversor" (particulares y bancos especuladores) va invariablemente asociada a la pérdida del control de los Estados imperiales sobre los sistemas financieros centrales.
En un ciclo de reproducción perversa del "dinero por el dinero mismo" (transferencias informatizadas a escala global) la dinámica de los grupos financieros súper-concentrados revela el predominio del capital especulativo (dinero sin fronteras) sobre el productivo, como dato más sobresaliente y distintivo de la llamada "globalización" del sistema capitalista en decadencia.
Como se sabe, y lo destacan una multitud de expertos, EEUU, la locomotora del sistema capitalista "globalizado", sustituyó a la "economía real" por la "economía bancaria", o sea, sustituyó a la "economía de los recursos genuinos" (respaldados por la producción) por la "economía de los papeles" (acciones de deuda sin respaldo) circulando por los mercados financieros globales.
Durante el proceso del "boom inmobiliario" en EEUU que devino en la "burbuja hipotecaria" a escala global, la Reserva Federal mantuvo las tasas bajas, las calificadoras otorgaron "credibilidad" y "seguridad rentable" a los bonos, y la prensa financiera (a través de los analistas de mercado) publicitó la ola inversora de la "burbuja hipotecaria" a escala global.
Todo estaba de "buena onda" y la acumulación capitalista funcionaba de maravillas con la "burbuja" y el festival de bonos y acciones del negocio inmobiliario de EEUU "globalizado" por medio de los grandes bancos y fondos de inversión que los esparcían y le exprimían rentabilidas finaciera escala global.
De pronto llegó la "crisis", y desde septiembre del año pasado, la Reserva Federal y las "autoridades monetarias" del capitalismo cambiaron de la "buena" a la "mala onda": Comenzaron a subir las tasas e inyectar dinero en el mercado para "salvar al sistema" mientras vaticinaban (y siguen vaticinando) sombríos pronósticos para EEUU y la economía mundial.
En resumen, y como resultante del proceso, los tenedores de los bonos subprime "desvalorizados" comenzaron a venderlos en masa generando un colapso generalizado (de todos los índices y acciones) de los mercados financieros en EEUU, Europa, Asia y América Latina.
Los gigantes bancarios e hipotecarios comenzaron a derrumbarse arrastrando consigo a todo el sistema financiero imperial de EEUU y de Europa.
Y llegó el "lunes negro" de septiembre de 2008 donde la quiebra del gigante Lehman Brothers marcó el principio de un salto cualitativo: La crisis hipotecaria devino finalmente en crisis del crédito caracterizada por una iliquidez pronunciada y creciente del sistema financiero.
Y llegó la hora del "salvataje financiero".
Desde el estallido financiero, los bancos centrales de EEUU, la Unión Europea, Suiza, Canadá, Japón y Reino Unido se han visto obligados a reaccionar ante el derrumbe bancario y hundimiento generalizado de las bolsas y a ejecutar una nueva macro-operación rescate del sistema financiero afectado por un mal que parece incurable: La iliquidez, convertida en el principal retroalimentador de la crisis.
Paradojalmente, EEUU y la Unión Europea, exportadores universales de las doctrinas de "libre mercado" y "libre comercio" tuvieron que acudir a la regulación y al salvataje estatal de las entidades suprafinancieras para salvarlas de la quiebra y recobrar la "gobernabilidad del sistema".
Para Jorge Beinstein, "La intervención masiva del Estado como salvador supremo del capitalismo y lo que estamos presenciando es la más completa ineficacia de los Estados de los países centrales para superar la crisis. En realidad la avalancha de dinero que arrojan sobre los mercados auxiliando a los bancos y a algunas empresas transnacionales no solo no frena el desastre en curso sino que además está creando las condiciones para futuras catástrofes inflacionarias, próximas burbujas especulativas".
Para Jorge Altamira el "salvataje" fracasó porque "el núcleo de la crisis sigue allí, como desde el primer día. La masa de los llamados 'activos tóxicos' continúa siempre en la cartera de los bancos, compañías de seguros y de inversoras de capital, y de los fondos creados a la sombra de ellos. Los llamados negocios derivados originados por estos pulpos suman unos 550 billones de dólares, o cuarenta veces la economía de los Estados Unidos".
Para Altamira, "La solución de este problema pasaría por la nacionalización general de los bancos, pero esto transfiere a la política, o sea al Estado, la tarea de arbitrar las pérdidas y confiscaciones que, de cualquier modo, o invariablemente, deberá sufrir el capital, tanto el pequeño como el más grande".
"El plan de relanzamiento económico de Obama, que acaba de aprobar el Congreso norteño, no encara esta situación: se trata de un plan de gastos y de rebaja de impuestos por apenas el 5,5% del PBI norteamericano para los próximos diez años, aunque el 80% de él se consumirá en dos años".
"Pero la sola perspectiva de una nacionalización está a punto de quebrar al 'establishment' norteamericano. Esta es la crisis política de Obama", agrega Altamira.
En definitiva, el derrumbe "en continuado" de los símbolos quebrados de la "burbuja financiera" (los bancos y las bolsas de la la "economía de papel") ya comenzó a escribir la palabra "crash" en el almanaque del sistema capitalista nivelado como "civilización única" a escala global.
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