Alguien dijo que cuando se hunde una ideología, se hunde la generación que la ha llevado a cuestas. El marxismo se hundió pero sus acarreadores copan hoy los puestos dirigentes del Estado. Son los del 68, los que se dieron cuenta que el negocio estaba en apuntarse al PSOE tras haber hecho méritos antifranquistas.
La sanidad pública de la Generalidad catalana está en quiebra técnica. Su gerente, un tal Francesc José María Sánchez, ha sido destituido tras convertirse, dicen, en el más odiado rector de su historia reciente. Deja, por ejemplo, una sentencia judicial que obliga a pagar al para-Estado catalán entre 70 y 100 millones de euros a médicos jubilados indebidamente. Calixto Corral, otrora "empresario del año" y modelo del éxito por el ascenso social, está huído, en paradero desconocido tras dejar a su empresa, Fincas Corral, arruinada e inmersa en un sainete entre laboral y judicial. ¿Qué tienen en común estos dos sujetos? Ambos son ex camaradas de un marginal partido marxista-leninista-maoísta de la Transición, el PTE, y ambos medraron al calor del aparato socialista desde que el PTE se fundiera en el PSOE.
El primero como político profesional, el segundo como empresario. El primero como un abogado de patronos que destacó por su dureza en contenciosos contra trabajadores y hasta vincularse estrechamente en la actualidad con el cacique socialista de Reus, Josep Abelló, presidente del Consorci Hospitalari de Catalunya y ex diputat. El segundo hasta lograr una estrecha relación-amistad con Celestino Corbacho, cacique socialista de Hospitalet de Llobregat, prohombre del socialismo catalán y actual ministro. Dicen que se enemistaron hace no mucho por intereses urbanísticos (que si recalifícame esto o aquello...). Y es que Corbacho nunca ha sabido distinguir muy bien estre lo privado y lo público. Ejemplos: un agradecido constructor que, curiosamente, había sido bendecido por diversas licitaciones municipales le regaló a él y a un centenar de cargos del ayuntamiento hospitalense unos décimos de lotería que, casualmente, acabaron siendo premiados con 14 kilos. Fue imputado por la Justicia para nada, obviamente. Y le han salpicado otros escándalos como los de Iniciatives i Programes SL, Sidecar, La Farga SA... también, para nada, naturalmente.
Estos son ejemplos descollantes de aquel asalto al poder que emprendieran tantos y tantos camaradas desde que se dieron cuenta en la Transición que los votos para poder pillar cacho los tenía el PSOE. Pero otros muchos se empotraron en escalafones intermedios menos públicos pero también lucrativos. A Corral le acompañó durante 20 años en sus andanzas empresariales un tal Bartolomé Muñoz, actual tesorero de Pa, Treball y Llibertat, una asociación catalana de antiguos militantes y simpatizantes del Partido del Trabajo y la Joven Guardia Roja presidida por... Francesc José María Sánchez. En su acta de constitución decidieron que el primero de sus fines era "solicitar una subvención para proyectos dirigidos a la recuperación de la memoria democrática" al para-Estado catalán.
Esta asociación es prima hermana de la "asociación por la memoria histórica del Partido del Trabajo de España y de la Joven Guardia Roja de España" que forman antiguos militantes y simpatizantes. Constituida en marzo de 2006 cuando su fino olfato para el vicio de trincar les advirtió que el proyecto de la memoria histórica zapateril iba a ser un buen negocio... ¡a por la pasta! Las subvenciones públicas del Estado para 2008 han sido de 30.000 euros para financiar sus actividades, dicen que para recopilar la memoria de la izquierda antifranquista.
La salvación de España pasa por la muerte de esta generación.
La sanidad pública de la Generalidad catalana está en quiebra técnica. Su gerente, un tal Francesc José María Sánchez, ha sido destituido tras convertirse, dicen, en el más odiado rector de su historia reciente. Deja, por ejemplo, una sentencia judicial que obliga a pagar al para-Estado catalán entre 70 y 100 millones de euros a médicos jubilados indebidamente. Calixto Corral, otrora "empresario del año" y modelo del éxito por el ascenso social, está huído, en paradero desconocido tras dejar a su empresa, Fincas Corral, arruinada e inmersa en un sainete entre laboral y judicial. ¿Qué tienen en común estos dos sujetos? Ambos son ex camaradas de un marginal partido marxista-leninista-maoísta de la Transición, el PTE, y ambos medraron al calor del aparato socialista desde que el PTE se fundiera en el PSOE.
El primero como político profesional, el segundo como empresario. El primero como un abogado de patronos que destacó por su dureza en contenciosos contra trabajadores y hasta vincularse estrechamente en la actualidad con el cacique socialista de Reus, Josep Abelló, presidente del Consorci Hospitalari de Catalunya y ex diputat. El segundo hasta lograr una estrecha relación-amistad con Celestino Corbacho, cacique socialista de Hospitalet de Llobregat, prohombre del socialismo catalán y actual ministro. Dicen que se enemistaron hace no mucho por intereses urbanísticos (que si recalifícame esto o aquello...). Y es que Corbacho nunca ha sabido distinguir muy bien estre lo privado y lo público. Ejemplos: un agradecido constructor que, curiosamente, había sido bendecido por diversas licitaciones municipales le regaló a él y a un centenar de cargos del ayuntamiento hospitalense unos décimos de lotería que, casualmente, acabaron siendo premiados con 14 kilos. Fue imputado por la Justicia para nada, obviamente. Y le han salpicado otros escándalos como los de Iniciatives i Programes SL, Sidecar, La Farga SA... también, para nada, naturalmente.
Estos son ejemplos descollantes de aquel asalto al poder que emprendieran tantos y tantos camaradas desde que se dieron cuenta en la Transición que los votos para poder pillar cacho los tenía el PSOE. Pero otros muchos se empotraron en escalafones intermedios menos públicos pero también lucrativos. A Corral le acompañó durante 20 años en sus andanzas empresariales un tal Bartolomé Muñoz, actual tesorero de Pa, Treball y Llibertat, una asociación catalana de antiguos militantes y simpatizantes del Partido del Trabajo y la Joven Guardia Roja presidida por... Francesc José María Sánchez. En su acta de constitución decidieron que el primero de sus fines era "solicitar una subvención para proyectos dirigidos a la recuperación de la memoria democrática" al para-Estado catalán.
Esta asociación es prima hermana de la "asociación por la memoria histórica del Partido del Trabajo de España y de la Joven Guardia Roja de España" que forman antiguos militantes y simpatizantes. Constituida en marzo de 2006 cuando su fino olfato para el vicio de trincar les advirtió que el proyecto de la memoria histórica zapateril iba a ser un buen negocio... ¡a por la pasta! Las subvenciones públicas del Estado para 2008 han sido de 30.000 euros para financiar sus actividades, dicen que para recopilar la memoria de la izquierda antifranquista.
La salvación de España pasa por la muerte de esta generación.
Totalmente de acuerdo, también hemos reflexionado sobre este aspecto: más que de partidos ex novo, movimientos ciudadanos, etc, la superación de la actual situación de miseria nacional requiere la muerte de la generación actual en el poder.
ResponderEliminar¿tan "desesperados" estamos?